El también secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina afirma que «Israel, como potencia ocupante, sabe que goza de impunidad».
29 de febrero de 2020
Por Juan Carlos Sanz
Desde la conferencia de paz de Madrid (1991), Saeb Erekat (Palestina, 64 años) no ha dejado de representar los intereses de su pueblo ante el mundo. Jefe negociador con los israelíes —“en 2014 Benjamín Netanyahu paralizó la última vía de diálogo”, recuerda—, es una de las principales voces de la Autoridad Palestina.
Tuerce el gesto en su oficina de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Ramala, mientras cita la presencia de Alemania y otros cuatro países europeos del lado de Israel ante la Corte Penal Internacional (CPI), que en marzo va a examinar la acusación de crímenes de guerra y contra la humanidad presentada contra el Estado judío. “En nuestro apoyo figuran la Organización de Cooperación Islámica y la Liga Árabe, que suman 57 países”, precisa.
“Nosotros nos enfocamos principalmente en el contenido de la acusación, no en cuestiones preliminares sobre si el tribunal tiene jurisdicción o no, y eso es lo que deben plantearse Alemania y los países que respaldan a Israel, como Brasil: si existe responsabilidad penal de altos cargos israelíes”. La CPI debe decidir con carácter previo el ámbito territorial de las investigaciones.
“Se preguntan si somos un Estado o no”, plantea el también secretario general de la OLP. “Claro que somos un Estado observador de la ONU desde 2012”. “¿Qué podemos hacer si no?”, se interroga con vehemencia. “No quieren que recurramos a la lucha armada, ni que acudamos al Consejo de Seguridad, ni ante la CPI”, argumenta, “pero Israel está anunciando cada día miles de nuevas viviendas en los asentamientos de colonos y la anexión de territorios palestinos, mientras Europa sigue relacionándose con Netanyahu como si nada hubiese ocurrido. Es una especie de recompensa de la ocupación. Hemos llamado a la puerta de la CPI para que los crímenes de Israel no queden impunes”.
—¿Qué pasará si el tribunal considera que no tiene jurisdicción o que Palestina no es un Estado?
—No hubiéramos sido aceptados en la convención de la CPI en caso contrario. Hay jurisdicción.
“La actual Administración estadounidense”, prosigue el negociador jefe de la OLP, “ha reconocido Jerusalén como capital de Israel, ha trasladado la Embajada desde Tel Aviv, ha cerrado nuestras oficinas diplomáticas en Washington y ha suprimido las ayudas económicas a los palestinos. Y ahora ha introducido un programa de anexión territorial en nombre de Israel”, clama Erekat contra el plan de paz del presidente Donald Trump.
“Nuestra única salida posible es la CPI, que no juzga naciones, sino a individuos que cometen crímenes de guerra y contra la humanidad”, destaca. “Quienes han cometido ejecuciones extrajudiciales y han confiscado tierras de forma continuada deben comparecer ante los jueces del tribunal penal de La Haya”.
Erekat reconoce que a los israelíes no les gustan estos tribunales internacionales. También cree que tanto el primer ministro Benjamín Netanyahu, como su rival en las urnas, el exgeneral Benny Gantz, y todos aquellos que dieron las órdenes de construcción de asentamientos y de demoler casas palestinas son susceptibles de ser juzgados por la CPI.
“Puede ser la primera vez que altos cargos e Israel son encausados”, recalca el responsable palestino, antes de citar una lista de cargos que incluye la expansión de las colonias desde 1967, ataques de colonos a campesinos o las tres guerras de Gaza (2009, 2012 y 2014). “Es una relación exhaustiva que recoge quejas de víctimas de violaciones del derecho internacional”, concluye.
“En la CPI no hay politización ni venganza”, replica a las alegaciones israelíes. “Nosotros vivimos bajo la ocupación e intentamos estar seguros de que estos crímenes de guerra y contra la humanidad no van a volver a ocurrir. No buscamos venganza, sino parar los crímenes de Israel”.
Sostiene que no es una cuestión de jurisdicción: “Hay crímenes contra población civil que se cometen a diario. Israel, como potencia ocupante, es consciente de que goza de impunidad y nadie le exige responsabilidades. Acudimos a La Haya para proteger a nuestro pueblo”.
Fuente: El País