
05 de junio de 2025
El Día de la Naksa (“Naksa” significa “retroceso” o “revés” en árabe), considerado del éxodo palestino de 1967, que se conmemora cada 5 de junio y marca el inicio de la guerra de los Seis Días en 1967, cuando Israel ocupó Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este, los Altos del Golán y el Sinaí. Esta fecha simboliza el profundo dolor de otro desplazamiento masivo del pueblo palestino y la continuación de su lucha por la justicia, la dignidad y el retorno.
Hoy, 5 de junio, conmemoramos el Día de la Naksa, el “día del retroceso”, que marcó en 1967 una nueva herida profunda en la historia del pueblo palestino. Este día recuerda no solo la ocupación de territorios palestinos durante la guerra de los Seis Días, con una pérdida total del control árabe sobre Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza. Esta fecha marcó el desplazamiento masivo de más de 300,000 palestinos.
Más de un tercio de la población palestina de Cisjordania y Gaza fue desplazada durante la Naksa. A finales de 1967, la proporción de la población palestina fuera de su patria se había más que duplicado. Casi la mitad de los palestinos vivían en el exilio. Esta fecha representa el sufrimiento, el desarraigo y la injusticia prolongada que millones de palestinos enfrentan desde entonces.
Más de medio siglo después, las cicatrices de la Naksa siguen abiertas. Familias desplazadas, generaciones enteras viviendo bajo ocupación, el muro que divide territorios y corazones, y la constante negación del derecho al retorno —todo esto constituye una tragedia humana que el mundo no debe ignorar.
La Naksa no es solo una conmemoración del pasado, sino una afirmación de resistencia, memoria y dignidad. Es un llamado a no olvidar, a seguir luchando por los derechos legítimos del pueblo palestino: el fin de la ocupación, el derecho al retorno, y una vida en libertad y paz.
Hoy, alzamos nuestras voces en solidaridad con nuestro pueblo palestino. Honramos la memoria de quienes resistieron, siguen resistiendo y reafirmamos nuestro compromiso con la justicia.
Porque la Naksa fue un retroceso, pero la esperanza y la lucha por Palestina siguen avanzando.