29 de octubre de 2020
Kafr Qasim (en árabe, كفر قاسم, también llamada Kafr Qassem, Kufur Kassem, Kfar Kassem y Kafar Kassem). El pueblo cobró notoriedad después de la masacre en la cual las fuerzas de ocupación israelí asesinaron a casi 50 civiles palestinos el 29 de octubre de 1956. Entre las víctimas de este crimen se registraron a seis mujeres y veintitrés niños de entre ocho y diecisiete años de edad. El 29 de octubre de 1956, durante el primer día de la guerra del Sinaí, tres agentes del sionismo recibieron la orden de disparar a cualquiera que rompiera el toque de queda impuesto en la aldea.
Foto: Jazi Isa lleva el nombre en honor a un pariente que fue asesinado en la masacre.
Los asesinos israelíes fueron sometidos a un supuesto juicio según los dictamines establecidos en el momento durante un “consejo de guerra”; estos, fueron declarados culpables y algunos inicialmente condenados a largas penas de prisión. Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos donde las víctimas son palestinas, el sentido de “justicia” del sionismo terminó favoreciendo una vez más a los verdugos. La sentencia de los condenados fue conmutada poco después por el Jefe de Estado Mayor israelí, fueron indultados por el presidente y puestos en libertad. El cómplice más importante de esta masacre, el coronel de la ocupación Issachar Shadmi, comandante de la brigada responsable del área, fue “condenado” a una multa simbólica de 10 peniques por exceso de autoridad. El comandante Shmuel Malinki, jefe del batallón de la policía de la ocupación israelí, testificó en el juicio que Shadmi le había ordenado imponer el toque de queda disparando. Cuando se le preguntó qué pasaría con los que regresaran a la aldea después del toque de queda, Kedmi dijo que Shadmi expresó “que Dios tenga misericordia de ellos”.
Los tres soldados asesinos perpetraron la masacre por órdenes de los comandantes israelíes cuando la mayoría de las víctimas palestinas regresaban del trabajo a sus casas sin conocer las medidas impuestas ante lo que ocurría en el Sinaí. Menos de treinta minutos después del anuncio del toque de queda los trabajadores palestinos fueron detenidos, ordenados en fila y ejecutados. En menos de dos horas, la masacre cobró la vida de cuarenta y ocho ciudadanos palestinos. Más de la mitad de las víctimas eran niños y mujeres; una de ellas embarazada y asesinada con su hijo.
La comparación entre la masacre de Kafr Qasem y lo que el sionismo califica como el “Holocausto Judío”, se hizo por primera vez en el juicio, cuando el juez preguntó a uno de los acusados si habría justificado que un soldado nazi obedeciera órdenes. En 1986, 30 años después de la masacre, Shalom Ofer, uno de los soldados declarados culpables, dijo en una entrevista con Ha’ir: “Éramos como los alemanes. Detuvieron los camiones, sacaron a los judíos y les dispararon. Lo que hemos hecho es lo mismo. Obedecimos órdenes como un soldado alemán durante la guerra, cuando se le ordenó masacrar a los judíos”.
Rim Amar perdió a su abuela paterna en la masacre, Kamisa Amar. Ella tenía 50 años cuando fue asesinada. El padre de Rim se salvó. “Me dijeron que mi abuela, quien tuvo siete hijos, mantuvo a toda la familia junta, era independiente y fuerte”, dijo. En el día de la masacre su abuela reemplazó a otro pariente en la cosecha de aceitunas fuera de la aldea. Cuando regresó ella aún estaba cantando con sus amigas en el coche cuando vio cadáveres esparcidos alrededor. “Ella y sus amigas imploraron clemencia. Pero fueron asesinados a tiros antes de que pudieran salir del coche. Cayeron una encima de la otra en un montón. Sólo uno se salvó”, señaló Rim.
Foto: Rim Ammar, perdió a su abuela en la masacre de Kafr Qasim
La masacre de Kafr Qasim no dejó ninguna duda de que la violencia israelí hacia los ciudadanos palestinos es un fin en sí mismo. Su objetivo para ese momento fue la generación que vivió la Nakba y cuya memoria de la pérdida y la separación de la familia aún estaba fresca.
Fuente: resumen Google