Israel aprobó el domingo el endurecimiento de las penas contra los palestinos que arrojen piedras y cócteles molotov hasta 20 años de prisión.
La medida, llega en el contexto de tensión que se vive actualmente en Jerusalén, donde el régimen de ocupación israelí ha llegado incluso a cerrar la explanada de la mezquita de al-Aqsa.
En este contexto, en la reunión semanal del gabinete israelí realizada el domingo, Benyamin Netanyahu, alegó que Israel está tomando acciones severas contra los palestinos que lanzan piedras, bombas incendiarias y petardos.
Arguyó que “todo esto tiene el objeto de restablecer la calma y la seguridad en toda Jerusalén. He ordenado un refuerzo masivo y que sean empleados medios adicionales a fin de garantizar la ley y el orden en esta ciudad”.
Asimismo, alegó que los palestinos “están difundiendo la falsa creencia de que estamos tratando de dañar Al-Aqsa”.
Horas antes de las declaraciones de Netanyahu, el parlamentario israelí Moshe Feiglin, acompañado por colonos y fuerzas israelíes, irrumpió en el recinto de Al-Aqsa, en medio de la ola de condenas por tales hechos.
Un gran número de policías israelíes se desplegó en la zona a fin de impedir la entrada de palestinos a Al-Aqsa, y facilitar de este modo la visita de Feiglin y de un grupo de colonos judíos.
La semana pasada, el director general del Ministerio de Donaciones y Asuntos Religiosos de Palestina, Yusef Farehat, informó que los soldados israelíes, durante el mes de octubre, asaltaron 42 veces ese lugar sagrado, además de prohibir la entrada de palestinos menores de 50 años.
Un informe de 2011 del grupo de derechos humanos israelí B’tselem, señaló que alrededor de 100% de los niños palestinos acusados de lanzar piedras son condenados, y se les mantiene en la cárcel durante el juicio.
A principios de octubre fueron detenidos más de 180 niños y jóvenes palestinos y enviados a las cárceles israelíes.
Según un informe de 2013 del Fondo de los Niños de la ONU, Israel es el único país en el mundo donde los niños palestinos son juzgados sistemáticamente en los tribunales militares y sometidos a “tratos o penas crueles inhumanos o degradantes.”
Durante la última década, las fuerzas israelíes han arrestado, interrogado y procesado alrededor de 7.000 niños de entre 12 y 17 años, en su mayoría niños, a un ritmo de “un promedio de dos niños cada día”, dijo UNICEF.