El Ministerio de Relaciones Exteriores pide que la Comunidad Internacional sancione a Israel por la demolición de viviendas, estructuras, escuelas y parques infantiles en Palestina.
13 de abril de 2016
El Gobierno de Israel desde el comienzo de este año ha intensificado la ocupación y colonización de la zona C a través de todos los métodos y medios para prevenir el establecimiento de un Estado palestino viable y soberano. El Ministerio de Relaciones Exteriores condena en los términos más enérgicos la demolición de un parque infantil en la población de Zaatara al sur de Nablus, el cual fue construido con fondos del Gobierno belga; la demolición de tres casas que aún se encontraban en construcción en el pueblo de Al-Walaya al oeste de Beit Jala, y el cierre de la vía que unía a las poblaciones palestinas de Anata y Hezma, con el fin de facilitar el desplazamiento de los colonos y privar a los palestinos de dicha vía que les permitía desplazarse a sus lugares de trabajo.
Las acciones racistas de Israel coinciden con lo dicho por el Movimiento israelí “Paz ahora” que puso al descubierto el plan del Gobierno israelí de aumentar la construcción de viviendas en Cisjordania en el año 2016 y que los proyectos de construcción de asentamientos han aumentado tres veces en el primer tercio de este año. Esta es una clara política del Gobierno del Primer Ministro Benjamín Netanyahu de expulsar completamente a los palestinos de la zona C, limitar su capacidad de satisfacer sus necesidades naturales de crecimiento y apresurar la ocupación de la zona C al reubicar a los colonos en esta zona.
El Ministerio de Relaciones Exteriores confirma que esta grave escalada israelí es un robo permanente de las tierras palestinas y hace muy necesario que los líderes palestinos se dirijan al Consejo de Seguridad de la ONU para que se adopte una resolución que obligue a Israel a detener la creación de asentamientos, con el fin de evitar un colapso total y salvar la solución de dos Estados.
El Ministerio de Relaciones Exteriores pide a la Unión Europea y especialmente al Reino de Bélgica, realizar un seguimiento a las acciones de Israel, haciéndole rendir cuentas por la demolición de los proyectos financiados por los distintos países de la Unión Europea, y por las violaciones flagrantes al Derecho Internacional y a los Convenios de Ginebra.