Traducción no oficial
7 de octubre de 2023
Hemos advertido repetidamente contra las consecuencias de bloquear el horizonte político y no permitir que el pueblo palestino ejerza su legítimo derecho a la autodeterminación y establezca su propio Estado. Además, hemos advertido contra las consecuencias de las provocaciones y ataques diarios, incluido el terrorismo continuo de los colonos y las fuerzas de ocupación, así como los ataques a la Mezquita de Al-Aqsa y los lugares sagrados cristianos e islámicos.
La seguridad, la estabilidad y la paz en nuestra región se pueden lograr poniendo fin a la ocupación israelí de la tierra del Estado de Palestina, con Jerusalén Oriental como su capital, en las líneas de 1967, y reconociendo el derecho del pueblo a la independencia y la soberanía.
La negación por parte de Israel de los acuerdos firmados y el incumplimiento de las resoluciones internacionales de legitimidad llevaron a la destrucción del proceso de paz. A ello se suma la ausencia de una solución a la causa palestina después de 75 años de sufrimiento y desplazamiento, la continuación de la política de doble rasero y el silencio de la comunidad internacional respecto de las prácticas criminales y racistas de las fuerzas de ocupación israelíes contra el pueblo palestino, y la continuación de la injusticia y la opresión a las que está expuesto el pueblo palestino contribuyeron a la razón detrás de esta situación explosiva y de la ausencia de paz y seguridad en la región. La paz requiere justicia, libertad e independencia para nuestro pueblo palestino, el retorno de los refugiados y la plena implementación de las resoluciones de legitimidad internacional.