Las fuerzas israelíes mataron a decenas de civiles palestinos en ataques dirigidos contra viviendas llenas de familias que en algunos casos constituyeron crímenes de guerra, ha dado a conocer hoy Amnistía Internacional en un nuevo informe sobre la última operación de Israel en la Franja de Gaza.
Familias bajo los escombros: Ataques israelíes a viviendas habitadas escribe en detalle ocho casos en los que las fuerzas israelíes atacaron viviendas familiares en Gaza sin previo aviso durante la Operación Margen Protector de julio y agosto de 2014, matando al menos a 104 civiles, 62 de ellos niños. El informe revela una pauta de ataques del ejército israelí con grandes bombas aéreas para arrasar viviendas civiles, matando en ocasiones a familias enteras.
“Las fuerzas israelíes han vulnerado abiertamente las leyes de la guerra al llevar a cabo una serie de ataques contra viviendas civiles, mostrando una cruel indiferencia ante las matanzas que con ello provocaban”, ha dicho Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“El informe revela una pauta de ataques contra viviendas civiles por parte del ejército israelí, que demuestra un espeluznante desprecio por las vidas de los civiles palestinos al no avisarles previamente ni darles oportunidad de huir.”
El informe contiene numerosos relatos de supervivientes que describen el horror de escarbar frenéticamente entre los escombros y el polvo de sus hogares destrozados en busca de los cuerpos de niños y seres queridos.
En varios de los casos documentados, Amnistía Internacional identificó posibles objetivos militares, pero en todos los casos la devastación de vidas y bienes civiles era claramente desproporcionada frente a las ventajas militares que se conseguían con los ataques.
“Incluso aunque hubiera habido un combatiente en alguna de estas viviendas, esto no hubiera eximido a Israel de su obligación de tomar todas las precauciones posibles para proteger las vidas de los civiles atrapados en los combates. Los ataques reiterados y desproporcionados contra viviendas indican que las actuales tácticas militares de Israel adolecen de graves deficiencias y son claramente contrarias a los principios del derecho internacional humanitario”, ha añadido Luther.
En el ataque más sangriento documentado en el informe, 36 miembros de cuatro familias, entre ellos 18 niños, murieron al resultar alcanzado el edificio Al Dali. Israel no ha aclarado el porqué del ataque contra este edificio, pero Amnistía Internacional ha identificado posibles objetivos militares en él.
El segundo ataque en cuanto a número de víctimas parece haber tenido como objetivo un miembro de las Brigadas de Al Qassam, brazo armado de Hamás, que estaba en el exterior de la vivienda de la familia Abu Jame. La vivienda quedó totalmente arrasada, y en el ataque murieron 25 civiles, 19 de ellos niños.
Independientemente de cuál fuera su objetivo, ambos ataques son enormemente desproporcionados y, con arreglo al derecho internacional, deberían haber sido cancelados o pospuestos en cuanto fue evidente que había tantos civiles en el edificio.
Las autoridades israelíes no han ofrecido ninguna justificación para estos ataques. En algunos de los casos que se presentan en este informe, Amnistía Internacional no ha podido identificar ningún posible objetivo militar. En ellos parece que el objetivo eran directa y deliberadamente civiles o bienes civiles, y por tanto constituirían crímenes de guerra.
En ninguno de los casos investigados por Amnistía Internacional se dio aviso previo alguno a los residentes de las viviendas atacadas. De haberlo hecho, sin duda se habría evitado un número de muertes entre la población civil excesivo en relación con la ventaja militar prevista.
“Es trágico pensar que estas muertes civiles podrían haberse evitado. Las autoridades israelíes deben explicar por qué decidieron arrasar deliberadamente viviendas llenas de civiles cuando tenían una clara obligación legal de minimizar el daño a la población civil, y los medios necesarios para hacerlo”, ha dicho Philip Luther.
El informe pone de relieve las catastróficas consecuencias de los ataques de Israel contra viviendas, que han destrozado las vidas de familias enteras. Algunas de las viviendas atacadas estaban desbordadas de familiares que habían huido de otras zonas de Gaza buscando seguridad.
Los supervivientes del ataque contra la casa de la familia Al Hallaq describieron terribles escenas de cuerpos destrozados entre el polvo y el caos después del impacto de tres misiles contra la vivienda.
Khalil Abed Hassan Ammar, médico del Consejo Médico Palestino que vivía en el edificio, afirmó: “Fue terrible no poder salvar a nadie […] Todos los niños estaban carbonizados, yo no sabía cuáles eran los míos y cuáles los de los vecinos […] Llevamos a quien pudimos a la ambulancia […] Yo sólo reconocí a mi hijo mayor, Ibrahim, al verle los zapatos […] Se los había comprado yo dos días antes”.
Ayman Haniyeh, uno de los vecinos, habló del trauma de intentar encontrar supervivientes:“No recuerdo más que fragmentos y partes de cuerpos, dientes, cabezas, brazos, vísceras, todo desperdigado”, declaró. Un superviviente del mismo ataque se recuerda abrazando una bolsa en la que estaba el cuerpo de su hijo “hecho trizas”.
Hasta ahora, Israel ni siquiera ha reconocido ninguno de los ataques descritos en el informe y no ha respondido a la petición de Amnistía Internacional de que explique los motivos de cada uno de ellos.
Al menos 18.000 viviendas quedaron destrozadas o inhabitables durante el conflicto. Más de 1.500 civiles palestinos, entre ellos 519 niños, murieron en los ataques israelíes durante el último conflicto de Gaza. Los grupos armados palestinos también perpetraron crímenes de guerra, lanzando indiscriminadamente miles de cohetes sobre Israel y matando a seis civiles (cinco adultos y un niño).
“Ahora lo fundamental es que se rindan cuentas de todas las violaciones del derecho internacional humanitario que se han cometido. Las autoridades israelíes deben dar respuestas. La comunidad internacional debe tomar medidas urgentes para poner fin al perpetuo círculo vicioso de graves violaciones y total impunidad”, ha dicho Philip Luther.
Como las autoridades israelíes y palestinas no investigan de forma independiente e imparcial las denuncias de crímenes de guerra, hay una necesidad imperiosa de que la comunidad internacional apoye la implicación de la Corte Penal Internacional (CPI)
Amnistía Internacional reitera su llamamiento a Israel y a las autoridades palestinas para que se adhieran al Estatuto de Roma y reconozcan la autoridad de la CPI para investigar los crímenes cometidos en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados. La organización pide también al Consejo de Seguridad de la ONU que remita la situación de Israel y los Territorios Palestinos Ocupados a la CPI para que su fiscal pueda investigar las denuncias de crímenes de derecho internacional perpetrados por todas las partes.
Israel continúa negando el acceso a Gaza de organizaciones internacionales de derechos humanos, incluida Amnistía Internacional, y la organización se ha visto obligada a realizar a distancia su labor de investigación para este informe, apoyada por dos investigadores sobre el terreno en Gaza. Israel, además, ha anunciado que no cooperará con la Comisión de Investigación creada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“No permitir que observadores de derechos humanos independientes entren en Gaza parece un intento deliberado y orquestado de encubrir violaciones u ocultarlas del escrutinio internacional. Israel debe cooperar plenamente con la Comisión de Investigación de la ONU y permitir que organizaciones internacionales de derechos humanos, como Amnistía Internacional, accedan de inmediato a Gaza para demostrar su compromiso con los derechos humanos”, ha dicho Philip Luther.
INFORME COMPLETO (EN INGLÉS):http://www.amnesty.org/es/library/asset/MDE15/032/2014/en/613926df-68c4-47bb-b587-00975f014e4b/mde150322014en.pdf