En un mundo que ya es en parte robótico, donde los zumbidos de los drones ahogan las voces de la gente, los experimentos con automóviles automáticos han demostrado ser más seguros que los humanos, con un robot que presenta con éxito uno de los mayores programas de radio de Reino Unido, y con millones de palabras compartidas por todo el mundo a la velocidad de la luz en muros de Facebook, también por robots, ¿qué impulsa a los organizadores de los Premios Literarios de Palestina a aferrarse a los libros en una era en la que la palabra “publicar” se ha convertido en la protagonista?
La respuesta reside en el nombre de los premios y en su contenido. Lo principal es que se trata de Palestina y de la celebración de todos sus elementos a través de la escritura. Escribir es el arte de la documentación, y es el medio por el que resistir contra el apartheid y la limpieza étnica que se produzca en cualquier nación, y mucho más en la nación palestina. También es una plataforma con la que presentar la verdad sobre Palestina en la era de la “post-verdad” sionista que ha establecido Estados Unidos (mucho antes de Trump).
Quizá otra razón importante sea que los libros mantienen su posición como herramienta para el cambio y para atraer a lectores en un momento en el que la sucesión de acontecimientos ocurre con rapidez y se produce una continua intimidación de los déspotas, independientemente de sus diversos medios de opresión tecnológicamente avanzados.
MEMO tomó la iniciativa y celebró los Premios Literarios de Palestina en 2012, bajo la supervisión de la periodista británica Victoria Brittain. La idea es simple, y ahí reside su poder. La idea es dedicar un premio anual a honrar a los mejores libros nuevos, publicados en inglés, que aborden cualquier aspecto de Palestina. Los premios son uno de los medios con los que presentar la literatura, la investigación y el arte palestino a una audiencia internacional, al proporcionar una plataforma para que los autores se reúnan con el público y hablen de su obra con otros autores y académicos. Esto también da a sus libros una amplia exposición y valor.
A lo largo de los años, dada la excepcional calidad de los libros ganadores y la seriedad del panel de jueces y del Consejo de Comisarios, el número de libros nominados ha aumentado, llegando a los 50 por año, desde obras académicas a memorias, libros artísticos o literatura creativa.
El panel de jueces de 2017 estuvo conformado por el doctor Ibrahim Darwish, académico y periodista, Subhi Hadidi, crítico literario y analista político, el doctor Faysal Mikdadi, escritor, y el diplomático y jefe de Ayuda Médica para los Palestinos, Alan Waddams. En contraste con la norma, el panel nominó a nueve libros y no a siete para optar al premio, lo que refleja la riqueza de los libros nominados por los editores.
La noche anterior a la ceremonia de los premios, se celebró una velada abierta para honrar a los nominados seleccionados, en la que hablaron de sus libros en presencia de un gran público, junto al profesor Eugene Rogan, del St. Antony’s College de la Universidad de Oxford, y la doctora Dina Matar, de la Universidad de Londres.
Cuatro libros fueron los ganadores. En la categoría académica, se eligió a dos: “Gaza under Hamas: From Islamic Democracy to Islamist Governance”, de Bjorn Brenner, el cual es una culminación de seis años de investigación, entrevistas con oficiales y líderes de Hamás, y convivencia con el pueblo de Gaza. El libro les da la oportunidad a los lectores ingleses de juzgar a Hamás y su capacidad de gobierno por sí mismos, distanciados de las acusaciones que normalmente se formulan contra el movimiento.
El segundo libro premiado es “The Commander: Fawzi Al-Qawuaji and the fight for Arab Independence 1914-1918”, de Laila Parsons. El libro trata de las opiniones árabes sobre la caída del Imperio Otomano, el comienzo de la fase colonial, y el cambio de los mapas y fronteras de la región. La autora cuenta la historia de la vida de un soldado que siguió persiguiendo sus sueños, asumiendo riesgos y enfrentándose a la muerte, y colocó la historia en el contexto de su experiencia con los otomanos, su participación en las revoluciones siria y palestina y, por último, liderando el Ejército de Liberación Árabe, lo que impacta la imagen del héroe y le hace uno de los responsables del desastre, según el doctor Ibrahim Darwish.El libro “Drawing the Kafr Qasem Massacre”, obra de la palestina Samia Halaby, ganó el premio creativo. La publicación contiene las ilustraciones de Halaby, así como un estudio detallado que documenta los sucesos y las víctimas de la masacre, nombre por nombre. El libro es un documento histórico-artístico en profundidad sobre una de las masacres cometidas por la ocupación sionista.
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El premio en la categoría de memorias se lo llevó Ella Shohat con “On the Arab-Jew, Palestine, and other displacements”. El libro consiste en un grupo de artículos y estudios, escritos a lo largo de varias décadas, con los que Ella, nacida en Bagdad en 1959, combina su historia personal y su laboriosa investigación académica, intentando comprenderse a sí misma y demostrar su identidad como árabe judía, en contraste con la perspectiva sionista de despreciar todo lo árabe, aunque sea judío, a pesar de que Israel afirma representar a todos los judíos del mundo.
“Soy una árabe judía iraquí”; así es como se identifica Ella para enfatizar su identidad, que ha sufrido una fragmentación debido al desalojo forzado de Irak y al apartheid en Israel. Decidió irse de Israel y establecerse en Nueva York, donde se dedicó a la enseñanza. En su obra, Ella destaca que los judíos europeos en Israel forman “una élite de personas del primer mundo que no sólo controlan a los palestinos, sino también a los judíos del este. Como nación judía del tercer mundo, los judíos mizrahi forman una nación semi colonizada dentro de otra nación”.
Aunque el libro de Ilan Pappe, “The Biggest Prison on Earth: A History of the Occupied Territories”,no ganó ningún premio, Pappe fue galardonado con el Premio Honorífico a la Trayectoria por sus muchos libros como historiador judío que busca presentar la verdad sobre la historia, las políticas coloniales y los actos diarios de limpieza étnica de Israel contra los palestinos, bajo la máscara de un Estado democrático. Pappe considera que el principal obstáculo para la coexistencia en Palestina es la “ideología del Estado, que despoja a los palestinos de su humanidad”.
La continuación y el éxito de los Premios Literarios de Palestina es una forma de solidaridad con la resistencia del pueblo palestino, animando a la publicación y a la lectura de más libros acerca de Palestina.
Como dijo el novelista y académico británico C.S. Lewis, “leemos para saber que no estamos solos”.
Este artículo se publicó originalmente en árabe en Al-Quds Al-Araby el 28 de Noviembre de 2017
Fuente: Monitor Medio Oriente