El Ministerio de Relaciones Exteriores responsabiliza completamente al Gobierno de Israel por las repercusiones de las excavaciones colonialistas en Jerusalén.
22 de junio de 2016
El Gobierno de Israel continúa empleando todas sus capacidades en la guerra contra Jerusalén Este y la presencia palestina en ella, con el fin de ocuparla y aislarla de los territorios palestinos. Las autoridades israelíes están buscando a través de todas sus órganos de acción, modificar y distorsionar la identidad árabe de la ciudad por medio de la construcción de asentamientos, la ampliación de una gran red de carreteras y el control de las viviendas de los palestinos en el casco antiguo de Jerusalén y los barrios árabes de la ciudad, así como la expulsión de sus habitantes y la demolición de sus casas. Bajo tierra, las autoridades israelíes se encargan de manipular los recursos históricos que demuestran la identidad árabe de Jerusalén, a través de la excavación de una extensa red de túneles, pasadizos, patios y estableciendo sinagogas bajo tierra desde 1967, además de la falsificación y manipulación de reliquias históricas.
Los medios de comunicación hebreos han confirmado que las excavaciones en el casco antiguo de la ciudad y en las demás zonas palestinas tienen una motivación política que busca un nuevo ajuste a la ideología de extrema derecha en Israel. Desde el año 2007, Israel ha intensificado sus excavaciones bajo el casco antiguo de la ciudad, la Mezquita de Al-Aqsa y la población de Silwán, donde las perforaciones han sufrido un aumento sin precedentes desde la llegada de la extrema derecha al poder en el 2009 y se asocia con el feroz ataque ocupacionista que ha sufrido la Explanada de las Mezquitas, la cual es blanco de los grandes esfuerzos de Israel para dividirla temporal y espacialmente.
El Ministerio de Relaciones Exteriores condena en los términos más enérgicos las violaciones y crímenes llevados a cabo por Israel en Jerusalén y debe asumir la total responsabilidad de los riesgos de las excavaciones, especialmente el riesgo que corre la vida de los ciudadanos palestinos y sus hogares.
El Ministerio de Relaciones Exteriores se sorprende por el silencio de la Comunidad Internacional y pide al Consejo de Seguridad de la ONU, actuar rápidamente para detener estas violaciones y obligar a Israel a cumplir las leyes y Convenciones Internacionales, y hace un llamado a la Comunidad Árabe, Cristiana e Islámica para tomar medidas rápidas para proteger a Jerusalén de la ocupación y la invasión de asentamientos, antes de que sea demasiado tarde.