El gobierno palestino ha denunciado este sábado el vertido de productos tóxicos israelíes en las regiones donde reside la población palestina en Cisjordania.
Empresas israelíes con el apoyo implícito de los funcionarios israelíes estarían vertiendo productos tóxicos.
El Ejecutivo ha pedido una mayor cooperación de la pueblación para impedir estos vertidos y ha advertido de que castigará a los autores de estas prácticas ilegales con cadena perpetua o trabajos forzados.
Recientemente, la policía palestina descubrió un camión que llevaba un cargamento de amianto procedente de los territorios ocupados y que pretendía depositar en la región de Tulkarem, norte de Cisjordania.
Las autoridades palestinas han denunciado el vertido de residuos industriales y domésticos de los colonos de Cisjordania en los ríos que suministran el agua de los pobladores palestinos.
A principios de mayo de 2014, el Centro de Medios Internacionales para Oriente Medio (IMEMC, por sus siglas en inglés), informó que los desechos tóxicos que entierra el régimen de Israel cerca de varias prisiones en el desierto del Néguev, sito en el sur de los territorios ocupados, pueden aumentar aún más la alta tasa de casos de cáncer que se registra entre los presos palestinos.
El director del Departamento de estadísticas del Ministerio de Prisioneros Palestinos, Abdulnaser Farwana, aseveró que más del 55 % de los prisioneros palestinos reside en las cárceles de Beerseba, Ramon, Nafha y Néguev, que se encuentran en la zona donde se entierran los desechos tóxicos procedentes de la planta nuclear israelí de Dimona.
Expertos medioambientales han advertido que esas toxinas son las principales causantes del aumento notable de casos de cáncer y otras enfermedades graves entre los prisioneros palestinos y el resto de la población palestina.