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Se duplica el número de menores ‪palestinos‬ en cárceles israelíes

Ha crecido tanto el número de arrestos a que las autoridades israelíes han tenido que abrir una nueva instalación para ellos. Organizaciones de derechos humanos informan de numerosos casos de malos tratos y del traslado de los menores a cárceles de los territorios ocupados en 1948, prohibido por el derecho internacional.

Las fuerzas de la ocupación israelí han arrestado a centenares de menores palestinos desde que se inició el último levantamiento a comienzos de octubre. Se les ha enviado a cuatro instalaciones distintas a ambos lados de la Línea Verde, todas ellas administradas por el Servicio de Prisiones de Israel (IPS).

Cuando el ritmo de los arrestos aumentó, el IPS decidió abrir una nueva instalación provisional para los menores en la prisión de Givon, con el fin de reducir el hacinamiento en las cárceles existentes. Hasta ese momento, Givon solo albergaba reclusos que habían cometido delitos “menores” y que cumplían penas inferiores a cinco años, incluyendo buscadores de asilo y palestinos que entraron en Israel sin permisos.

Según el Club de Presos Palestinos, 62 menores palestinos se encuentran en el nuevo pabellón. Los abogados de la organización de derechos de los presos palestinos Addameer, que visitaron hace pocos días ese pabellón, dijeron que había 56 menores presos.

Abogados del Comité Público Contra la Tortura en Israel (PCATI) se reunieron con varios menores palestinos recluidos en Givon, ninguno de los cuales tenía antecedentes penales y algunos apenas tenían 14 años, pero estaban acusados de varios delitos. Les dijeron que estaban encerrados en pequeñas celdas de uno por dos metros en grupos de tres. Algunos no habían visto todavía a miembros de sus familias desde que les arrestaron, hacía varias semanas.

The Electronic Intifada entrevistó a las familias de algunos de los menores encerrados en cárceles israelíes e informó que algunas de estas familias ni siquiera habían sido notificadas todavía del lugar en que se encontraban sus hijos. Solo días más tarde, y con la ayuda de la Cruz Roja, consiguieron averiguar que sus hijos estaban en un nuevo pabellón de la prisión de Givon. “Una vez que se les permitió entrar en la cárcel, los familiares tuvieron que repartirse entre ellos los 30 minutos que se les había concedido para hablar con sus hijos mediante un teléfono, a través de un cristal de plexiglás”, dijo esta publicación.

Pero la historia no termina con el hacinamiento y la falta de comunicación con las familias de los menores. Los chicos encarcelados en Givon se han quejado del trato cruel y humillante que reciben de los guardias. Miembros del PCATI han dicho que en un caso, los guardias entraron en una celda con porras y les golpearon durante casi una hora, como castigo por haber provocado la alarma de un detector de humo. Cuando terminaron,sacaron de la celda a uno de los menores y un guardia le estranguló hasta que su visión de volvió borrosa. Después, le metieron en una celda de aislamiento, con las manos y las piernas esposadas, y le dejaron allí desde las 10 de la noche hasta las 6 de la mañana, con la ropa empapada y sin comida ni agua. Cuando pidió ir al baño, le tuvieron esperando dos horas antes de permitírselo. “Hay razones para creer que otros menores fueron esposados y golpeados en el mismo incidente”, dijeron los miembros de PCATI, observando que tienen pensado presentar una queja oficial.

El IPS confirmó que el incidente tuvo lugar y agregó que “varios menores causaron problemas y rompieron intencionadamente el rociador contra incendios de su celda, que fue inundada, y provocaron daños por valor de miles de shekels. Para evitar nuevos problemas, cuatro de los menores fueron encadenados durante el resto de la noche, tras lo cual fueron devueltos al pabellón. Todos los involucrados fueron acusados y los hechos están documentados. La denuncia recibida por la violencia de los guardias fue trasladada” a la división de asuntos internos.

Addameer afirma que el 1 de noviembre, uno de los menores fue llevado al baño, donde le desnudaron y le cachearon. Ese mismo día, según los abogados de la organización, unos guardias atacaron a varios menores cuando fueron a registrar sus celdas. Los abogados del Club de Presos informaron del caso de “Z”, un chico de 16 años de Jerusalén, que dice haber sido golpeado en los brazos y las piernas y que le obligaron a arrodillarse de cara a la pared durante horas, mientras le pegaban periódicamente en el cuello.

Las organizaciones también dicen que los menores se han quejado de la comida, que suele ser escasa, fría y no comestible.

El Servicio de Prisiones rechazó las afirmaciones sobre la calidad y cantidad de las comidas: “los jóvenes reciben alimentos nutricionalmente ricos, con menús adecuados a su edad, cinco veces al día. La comida es transportada al pabellón en mesas calientes, así que las alegaciones sobre comidas frías no son lógicas. Dicho esto, como resultado de su solicitud, ahora se distribuye pan de pita en todas las comidas”. El IPS añadió que, en las últimas semanas, han inspeccionado las instalaciones y no descubrieron ningún tipo de violencia o problemas con la comida.

De acuerdo con los datos ofrecidos por el IPS, a finales de septiembre había 182 menores israelíes (ciudadanos judíos y árabes, y residentes) y 187 “presos de seguridad” palestinos menores de 18 años, la mayoría de Cisjordania. Desde principios de octubre, el número de menores palestinos que han sido enviados a cárceles israelíes se ha multiplicado por más de dos. El Club de Presos Palestinos ha informado que el 20 de noviembre, Día Internacional de la Infancia, había en las prisiones israelíes más de 400 menores palestinos.

Muchos de los menores palestinos encerrados en instalaciones penitenciarias israelíes no tienen comunicación alguna con sus familias, que deben solicitar permisos para entrar en Israel, donde se encuentran dichas instalaciones. (Trasladar a los presos fuera del territorio ocupado es una violación de las Convenciones de Ginebra, pero esa es otra historia.) Además, están vigilados por guardias que normalmente no hablan su lengua y se les niega servicios de rehabilitación, así como educación y actividades sociales. Hay televisión, dice PCATI, pero eso es todo.

Fuente: +972