Samih al Qassem, una de las figuras del mundo de la literatura y la cultura árabe más destacadas, nació el 11 de mayo de 1939 en Zarka, ciudad de la ribera oriental del Jordán. De familia drusa, su infancia transcurrió en Ramah, Galilea y realizó estudios secundarios en Nazareth. Fue maestro hasta la publicación de su primera selección de poemas, que fue censurada, y desde entonces se le excluyó del ejercicio de la profesión docente. Fue encarcelado en varias ocasiones por las fuerzas de la ocupación israelí y condenado a prisión domiciliaria en Haifa hasta 1969, fecha en la que fue arrestado nuevamente.
Es autor de muy vasta obra lírica, entre la que se destaca: Canciones de los caminos, 1964; Con la Sangre en las palmas de las manos, 1967; La caída de las máscaras, 1969; A la espera del pájaro de trueno, 1969; Alcorán de la muerte y el jazmín, 1970; La gran muerte, 1972; Las lilas, 1975; Cultiva, asimismo, el teatro, y ha publicado recientemente, 1978, una ‘narración autobiográfica’ titulada ¡Para el infierno oh lilas!.
Samith al-Qasim es, sin duda, uno de las voces más proliferas de la resistencia palestina: poeta directo y apasionado, de expresión tajante e hiriente, animado de un esencial fervor nacionalista árabe, por fuera de toda retórica y remilgo.
Falleció el 9 de agosto de 2014.
Lectura recomendada: “Samih Qasim, el último panarabista” de la arabista española Luz Gómez.
Mahmoud Darwish, Samih Qasem y Muhammad Mahdi Al-Jawahiri, 1968
Marcel Khalife interpretando el poema “Camino erguido” de Samih Qasem
Con el cuerpo erguido… camino!
Con la cabeza alta… camino
Con el cuerpo erguido… camino ”!
Con la cabeza alta… camino !
En la palma de mi mano… una rama de olivo…
…y sobre mi hombro… mi féretro
Y yo camino y camino y camino
Y yo… camino
Mi corazón es una luna roja
Mi corazón es un jardín…
en el que hay ausaŷ (arbol espinoso del desierto) y arrayanes
fuego una vez y amor otras
…fuego una vez y amor otras !
En la palma de mi mano… una rama de olivo…
…y sobre mi hombro… mi féretro
Y yo camino y camino y camino
Y yo… camino
Con el cuerpo erguido… camino !
Con la cabeza alta… camino
Con el cuerpo erguido… camino !
Más poemas de Samih el Qasem para descargar:
A todos los hombres elegantes de la ONU
Carta desde el zoco de los cesantes
De noche en la puerta de federico