El ministro de Asuntos Exteriores checo, Lubomir Zaoralek, condenó el jueves los recientes crímenes de Israel contra los palestinos en Jerusalén, y advirtió que dichas políticas sólo agudizarán la tensión en la región.

Durante una conferencia de prensa en Ramallah, en la Cisjordania ocupada, el canciller checo, junto con su par palestino, Riad al-Maliki, repudió las políticas del régimen de Tel Aviv, entre ellas el cierre de la sagrada Mezquita Al-Aqsa, en Jerusalén, y los asentamientos ilegales en tierras palestinas.

Zaoralek manifestó que estos proyectos israelíes violan las normas internacionales y obstaculizan la reanudación de las estancadas negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.

Reiteró además el apoyo de Praga a la continuación del proceso de paz que busca crear dos Estados, y aseguró que esa sería la única salida a la crisis actual.