RAMALLAH, 11 de noviembre de 2014 (WAFA) – En el marco de la conmemoración del décimo aniversario de la muerte del líder palestino Yasser Arafat, el presidente Mahmoud Abbas se dirigió a los miles de palestinos que se congregaron en Cisjordania afirmando que Jerusalén seguirá siendo la capital eterna de Palestina.
Destacó que, a pesar de las presiones, se recurrirá a todas las organizaciones internacionales para asegurar la protección del pueblo palestino y sus lugares sagrados, haciendo hincapié en que los asaltos israelíes a la mezquita de al-Aqsa sólo conducirán a una guerra religiosa.
Las declaración de Abbas sobre Jerusalén se produjo días después del incremento de la violencia en Jerusalén Este, Cisjordania e Israel después de las visitas provocativas de un grupo de colonos judíos extremistas al recinto de la mezquita al-Aqsa en Jerusalén, el tercer lugar más sagrado de los musulmanes.
Afirmó también el presidente que se está preparando un proyecto de resolución que será presentado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para poner fin a la ocupación israelí y lograr un Estado independiente de Palestina con Jerusalén Oriental como su capital.
El fallecido líder Yasser Arafat, cuyo nombre completo era Mohammed Yasser Arafat Abdel Rahman al-Qudwa, es considerado por la gran mayoría del pueblo palestino como el padre de la revolución palestina de 1965 y el movimiento palestino moderno.
El fallecido líder educado en Egipto fue co-fundador del Movimiento Fatah en la década de 1950 y se convirtió en su vocero oficial en 1968. En febrero de 1969, Arafat fue elegido presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, OLP.
En el verano de 1982, Israel inició una guerra contra Líbano con el objetivo declarado de desterrar a la OLP del país. Arafat y otros combatientes de la OLP estuvieron atrapados en Beirut durante unos cuatro meses antes de que una intervención internacional les permitió trasladarse a Túnez.
En 1988, y durante una reunión periódica de la OLP en Argelia, el líder exiliado anunció la independencia del Estado de Palestina. Ese mismo año, Arafat se dirigió a la Asamblea General de la ONU con una nueva iniciativa palestina para lograr una paz justa en Medio Oriente.
En septiembre de 1993, Arafat y el primer ministro israelí Yitzhak Rabin firmaron los Acuerdos de Oslo en la Casa Blanca, que permitió el control parcial palestino a ciertas zonas de Cisjordania y Gaza. Así fue que funcionarios de la OLP, incluyendo a Arafat, regresaron a Cisjordania y Gaza.
El líder fue elegido más tarde como presidente de la Autoridad Nacional Palestina en 1996.
El fracaso de las negociaciones de Camp David en 2000, debido a la intransigencia israelí y el compromiso de Arafat con los derechos de los palestinos, dio origen al segundo levantamiento palestino conocido como la “Segunda Intifada” o “Intifada de al-Aqsa.”
Como resultado de ello, Arafat permaneció bajo asedio israelí durante los últimos tres años de su vida, antes de morir el 11 de noviembre de 2004 en un hospital militar francés en las afueras de Paris.
Después de la muerte de Arafat, el comité palestino de la investigación de su muerte acusó a Israel de envenenarlo, y exigió una investigación internacional.
Expertos forenses suizos, rusos y franceses tomaron muestras de los restos de Arafat después de la exhumación de su cuerpo el 27 de noviembre del año pasado.
Patólogos suizos dijeron que se encontraron rastros de polonio, un elemento radiactivo, lo que demuestra que fue envenenado, mientras que las investigaciones francesas en el asunto dijeron que los restos encontrados no fueron suficientes para causar su muerte, manteniendo que su muerte se debió a “causas naturales”.
A pesar de las investigaciones sobre su muerte, la muerte del fallecido líder palestino, Yasser Arafat, sigue siendo un misterio.