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(Opinión) De Palestina a México, los muros como instrumentos de vulneración de derechos

Los muros expulsan, excluyen, oprimen, discriminan y explotan. Hoy en día más de 70 muros en todos los continentes están extirpando las vidas y las tierras de personas, mientras fortalecen, muy a menudo unilateralmente, fronteras y límites de estados. Los muros causan miles de muertes cada año y destruyen vidas cotidianamente.

La lógica de la seguridad y la protección ciudadana justifica para muchos la construcción de dispositivos de separación de territorios y estados. Creación de fronteras que muchas veces ocultan lógicas racistas y se fundamentan en la idea del enemigo externo para poner un estigma de alteridad en las personas y no reconocerlas como sujetos de derechos. Focalizar de esta manera la atención en los problemas que podrían venir de fuera, evitando ver las desigualdades y conflictos que comportan los sistemas patriarcales, clasistas y racistas muy cerca nuestro, dentro de los muros.

Fronteras que (nos) duelen: Ceuta, Melilla, Palestina y Sáhara Occidental

En el Estado Español, en los dispositivos fronterizos de las Fronteras Sur de Ceuta y Melilla, se producen de forma sistemática vulneraciones de derechos humanos contra las personas migrantes en múltiples formas: desde agresiones a manos de las cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, hasta situaciones de no derecho y de no aplicación de la ley a la hora de garantizar los derechos básicos de asistencia y apoyo y de acceso a mecanismos de garantía de derechos a los distintos colectivos migrantes. Los distintos dispositivos fronterizos forman un entramado de elementos diseñados para ser lesivos a ambos lados de la frontera.

Así lo registra la campaña Frontera Sur, hacia el restablecimiento de la legalidad. Un registro realizado por organizaciones de derechos humanos y activistas por los derechos de las personas migradas. Nada hay de un re­gis­tro ofi­cial de di­chas si­tua­cio­nes, así como ninguna noticia de investigaciones ade­cua­da­men­te realizadas por las au­to­ri­da­des ju­di­cia­les y ad­mi­nis­tra­ti­vas de España.

En­tre Me­li­lla y Ma­rrue­cos, existe también el paso fron­te­ri­zo in­ter­na­cio­nal de­no­mi­na­do Beni En­sar, por el cual deben pa­sar to­das aque­llas per­so­nas que no cuen­ten con el per­mi­so de en­tra­da por el acuer­do de ve­cin­dad. También en el interior de Melilla hay 3 pasos para las personas de la región. Por su parte, Ceu­ta cuen­ta con un paso fron­te­ri­zo in­ter­na­cio­nal que se le de­no­mi­na como Ta­ra­jal, con un procedimiento penal abierto.

Tan­to las or­ga­ni­za­cio­nes que tra­ba­jan en la zona ma­rro­quí como las que tra­ba­jan en Ceu­ta y Me­li­lla in­di­can que tras un in­ten­to de salto son mu­chas las per­so­nas que su­fren he­ri­das fuer­tes como con­se­cuen­cia de su paso por el dis­po­si­ti­vo agre­si­vo del va­lla­do: cor­tes pro­fun­dos, frac­tu­ras, le­sio­nes mus­cu­la­res gra­ves. Asi­mis­mo, mu­chas per­so­nas aca­ban he­ri­das fru­to de las agre­sio­nes de la po­li­cía ma­rro­quí y española.

No olvidamos que hace 15 años Israel empezó a construir un muro de más de 700 km de largo, y en algunos puntos más de 8 metros de alto. Este muro confiscó más del 60% de territorio en Cisjordania.  Se han denunciado incontables violaciones de los derechos humanos derivados de su construcción pues continuamente se registran incidentes entre la policía fronteriza y la población palestina. Por ejemplo, la prohibición por parte del ejército israelí de dejar cruzar una ambulancia que se dirige al hospital, o el hecho de no dejar pasar de manera aleatoria a trabajadores y trabajadoras palestinas con permiso de trabajo en Israel, provocando que no lleguen a su hora con el peligro de que pierdan su trabajo y posiblemente su única fuente de ingresos.

Recordamos que uno de los muros más largos del mundo, de 2.700 km, construido por Marruecos, se encuentra en la zona del Sáhara Occidental. Tras la Marcha verde en el 1975, Marruecos expulsó a gran parte de la población autóctona, para impedirles el retorno.

El negocio de las fronteras

El control migratorio y la securitización de las fronteras es un negocio en alza dentro del sector de la industria armamentística, tecnológica y para las empresas proveedoras de servicios militares y de seguridad privada (PMSC). La migración como oportunidad de negocio y la creciente militarización del Mediterráneo, se enmarcan dentro del fenómeno internacional de la privatización de la guerra y la seguridad donde las empresas transnacionales se encargan de definir las amenazas y las respuestas al aumento de los flujos migratorios. El Observatorio Internacional sobre Derechos Humanos y empresas PMSC, ShockMonitor, ha documentado, en el sector específico del control de las fronteras, numerosos casos de violaciones del derecho a la integridad física y psicológica; derecho a la igualdad y no discriminación; y derecho de libertad de movimiento y seguridad de la persona. Por su parte, des del Observatorio de Derechos Humanos y Empresas en Oriente Medio y Norte de África, se ha detectado que entre 2004 y 2014 Indra Sistemas S.A, recibió más de 27 millones de euros para la instalación y mantenimiento del tercer nivel de tanques perimetrales en Melilla.

Desde el mismo año de inicio de construcción del muro en Israel, en 2002, la empresa Magal S3 ganó el 80% de las licitaciones del Ministerio de Defensa Israelí para instalar sistemas de seguridad para la detección de intrusiones en 125km. También en 2005 ganó una nueva licitación para dotar de seguridad perimetral a 40km del muro.

La organización británica War on Want publicó en una de sus investigaciones que seis empresas británicas y/o registradas en London Stock Exchange han obtenido licencias para explorar el Sáhara Oriental, siendo así cómplices de la ocupación de Marruecos en el Sáhara Oriental: Glencore, Cairn Energy, Kosmos Energy, San Leon Energy Pic,Toredo oil SLtd y PetroMaroc Corporation Plc.

La campaña por Un Mundo sin Muros pide que hoy reflexionemos sobre el uso de esas fronteras y esos muros, planteándonos como podemos hacerles frente. Es necesario visibilizar, ahora más que nunca, a través de acciones como las de #MundoSinMuros, esos muros que vulneran sistemáticamente derechos humanos y crear solidaridad entre las personas afectadas por ellos construyendo resistencias colectivas.

Fuente: http://www.eldiario.es/catalunya/opinions/Palestina-Mexico-instrumentos-vulneracion-derechos_6_706289367.html