13 de julio de 2020
Lina Abojaradeh es una artista palestina autodidacta, refugiada en Jordania y originaria de Jaffa. A sus 26 años es graduada en arquitectura, escritora, artista y activista. Es amante de todas las formas de crear arte y se identifica como pionera del artivismo, concepto que se define como el activismo a través del arte.
También es la fundadora de “Archismile”, una iniciativa social que emplea la reproducción artística como método de enseñanza en Jordania. El objetivo de este grupo de arquitectos y artistas es contribuir a hacer de la sociedad un lugar mejor, así como crear sonrisas en los rostros de las personas.
P: ¿Qué te llevó a comenzar a pintar, aunque estudiases arquitectura? ¿Cuándo empezaste a pintar?
R: Aunque nací en Jordania, mi familia se mudó a Estados Unidos cuando tenía 3 años. Vivimos en los EE.UU. y Canadá durante 10 años y luego regresamos a Jordania. Fue un cambio muy duro y me costó mucho adaptarme al idioma, la cultura y la gente. Desarrollé una terrible ansiedad social y no hablé con nadie durante un año. Para tener algo que hacer, decidí comprar un juego de acuarelas. La primera vez que pinté, sentí que todos los pensamientos negativos desaparecían. Era mi terapia, y parecía todo iba bien en el mundo cuando pintaba. A partir de ese momento buscaba paisajes preciosos para pintar. Cuanto más practicaba, mejor se me daba. Empecé a compartir mi trabajo artístico en Facebook y eso me ayudó a recuperar confianza y a ser más extrovertida socialmente.
En décimo curso, un profesor vio mis pinturas y me mostró las de Tamam Al-Akhal, una artista palestina de Jaffa, la ciudad de donde provengo. Me conmovió tanto su obra, que transformó el modo en que veía el arte.
Con ella descubrí que el arte podía contar historias, evocar emociones, y podía hacer que yo, la tercera generación de refugiados palestinos, me sintiera conectada a mi tierra. Entré en un concurso de arte palestino con mi primera pintura y gané. Desde ese momento, las reivindicaciones alimentan mi pasión por el arte, el hablar en contra de las injusticias de en derechos humanos y el contar historias importantes.
P: ¿Te dedicas a la pintura de manera profesional?
R: Siempre he tenido un trabajo a tiempo completo además del arte. Trabajé durante dos años en una ONG relacionada con la educación y el intercambio cultural. El año pasado cambié de carrera para trabajar como profesora de arte, a pesar de que en mi comunidad no está bien visto que un graduado en Ingeniería trabaje de eso.
La mayor parte de mi arte viene del corazón, de lo que siento. Cuanto más leo sobre el sufrimiento en el mundo, más obligada me siento a compartir esas historias a través del arte.
Dibujé a Aylan Al-Kurdi, el niño sirio refugiado ahogado en las costas de Turquía.
La mayor parte de mi tiempo libre lo dedico al arte. Requiere de mucha dedicación y trabajo duro, muchas noches de insomnio, muchas discusiones con mis padres porque a veces ven que pongo casi todo (salud, relaciones sociales, trabajo) por detrás de mi arte, sin ninguna compensación monetaria.
Últimamente he empezado a vender algunas de mis obras y estoy intentando impartir cursos de arte en línea. Así que estoy en camino de ser una artista profesional, pero es un largo viaje. Vivir en Jordania lo hace más difícil, porque la sociedad no valora el arte como algo importante. Las galerías de arte y las exposiciones son exclusivas para la clase alta.
El arte para mí es una forma de vida, no solo una profesión. Si simplemente se tratara de hacer dinero, creo que habría perdido mi pasión hace mucho tiempo.
P: ¿Crees que perteneces a un estilo artístico concreto? ¿Cómo lo definirías?
R: Comencé pintando con acuarelas y tendía a ser más realista. Luego cuando empecé a usar colores acrílicos, mis obras tomaron un estilo más abstracto… Uso colores para transmitir emociones, pero siempre con siluetas abstractas. En los últimos años he combinado pintura en colores pastel en arte digital, especialmente en obras que reaccionan a acontecimientos.
No estudié formalmente arte por lo que no tengo un conocimiento exhaustivo de todos los movimientos y estilos artísticos. En cierto modo, creo que eso hace que mi trabajo, especialmente en lo abstracto, sea único y no se limite a un estilo determinado.
Siempre trato de encontrar medios creativos para captar la atención de la gente sobre las causas por las que pinto.
He usado animación con arena, retratos de sal, arte corporal, presentaciones con pegamento y tiza. Trato de combinar mis otros talentos como producción cinematográfica y poesía para la narración de historias.
P: ¿Qué mensaje tratas de transmitir con cada una de tus obras? ¿Qué sentimientos pretendes provocar?
R: Cada una de mis obras transmite cosas diferentes. Mis caricaturas digitales señalan lo hipócrita que puede ser el mundo. Mis obras de arte abstracto y los vídeos fusionados con poesía son para conmover y contar historias humanas.
Por encima de todo, mi objetivo es humanizar al “otro”.
Recuerdo que, cuando estaba en el colegio en EE.UU., nos pidieron que representáramos a nuestro país. Me negué a elegir Palestina porque escuché a otros niños asociarla con terrorismo, así que elegí Jordania. Cuando regresé a Jordania, conocí a mi abuelo y escuché sus historias de Jaffa y de cómo fue expulsado de ella. Me prometí compartir esas historias humanas.
Los medios de comunicación a menudo deshumanizan a los palestinos y los convierten en números, terroristas, morenos, gente salvaje que es diferente a quienes somos. Así que tenemos que contrarrestar eso mostrando a las madres y padres palestinos, sus hijos encarcelados, asesinados y discriminados.
Ya seas de Palestina, Irak, Siria u otro lugar que sufre, todos somos humanos y nos conectamos con las emociones humanas básicas mucho más que con titulares mediáticos.
P: ¿Qué representa para ti el arte palestino?
R: Como lo menciono en mi poema “El sueño de Handala”:
El arte de la resistencia
Susurros.
El sonido de los pies de los adoradores
Que me salpica con la espuma
De las olas de Haifa
A través de la puntuación de Kanafani,
Y la fragancia de los azahares
En los espacios entre las palabras de Darwish.
El arte tiene el poder de transportarnos a nuestra patria como nada más puede hacerlo. Es lo que conecta a una tercera generación de refugiados palestinos con su patria y su causa por un país libre.
El arte palestino mantiene viva a Palestina en las futuras generaciones. Dicen que si visualizas tus sueños, es más probable que se hagan realidad. Por eso pinto Palestina, aunque nunca he puesto un pie en ella…La pintamos una y otra vez, y otra vez, como una oración, como una promesa, como un sueño que finalmente se hará realidad.
P: ¿Has visto en alguna ocasión cómo tu arte era censurado?
R: Me censuraron un vídeo en Youtube sobre Palestina por su contenido ‘inapropiado’. También es cierto que ciertas obras o palabras en mis publicaciones en Facebook reciban menos visibilidad que otras ya que si quiero promocionarlas, a veces son rechazadas debido a su contenido “inapropiado”. Mis obras de arte no rehúyen el derecho de los palestinos a la resistencia… y he tenido museos y organizadores de eventos que me han dicho que excluya las pinturas que transmiten resistencia física. Cuando pintábamos murales en Jordania a través de mi iniciativa Archismile, a menudo se nos advertía de que no pintáramos murales con contenido palestino.
Cuando una obra de arte se vuelve viral, especialmente si está relacionada con Palestina, encuentro a sionistas enviando comentarios spam en mis redes sociales. He recibido mensajes muy odiosos llamándome “terrorista”, “esclava” porque soy una musulmana que lleva hiyab. Recientemente, tras apoyar la campaña “Black Lives Matter” recibí comentarios y mensajes de personas racistas de EE.UU. con el mismo sentimiento de odio.
P: ¿Cómo está la situación en Palestina para promover un arte reivindicativo, es decir, a favor de la lucha del pueblo palestino?
R: No estoy segura de lo que quiere decir arte reivindicativo. Pero creo que no debemos rehuir el hecho de que el pueblo palestino se ha enfrentado a más de 72 años de opresión. Estamos colonizados y tenemos derecho a luchar por nuestro derecho a vivir, respirar, disfrutar de derechos humanos como cualquier persona digna. Eso no nos convierte en terroristas, de la misma manera en que los sudafricanos que resistieron al Apartheid no eran terroristas.
Israel no respeta las resoluciones de la ONU ni las leyes internacionales. Esto se evidencia en las continuas violaciones de los derechos humanos, y en los más de 100 asentamientos ilegales construidos en Cisjordania.
P: ¿Consideras que el arte en Palestina es una forma efectiva de denunciar la realidad y la lucha palestina?
R: El arte es una forma de reclamar la historia y documentar las injusticias que ocurren en la actualidad. Es una manera de que los palestinos de todo el mundo se unan cuando ocurre algo trágico, como el asesinato de Iyad Al-Halaq, un joven autista.
Ya sea para describir la realidad, la cultura y el patrimonio o el futuro de una Palestina libre, todo es importante para continuar nuestra lucha contra la colonización.
P: ¿Qué opinas de la persecución que sufren los artistas en Palestina?
R: Esto solo muestra lo influyente que es el arte como herramienta global, por lo que Israel siempre ha tratado de sofocar los programas de arte y a los artistas dentro de Palestina. Naji Al-Ali fue asesinado por el Mosad. Ghassan Kanafani también fue asesinado.
A pesar de esta persecución, los artistas en las prisiones crean arte a partir de los materiales más simples. Los artistas palestinos fueron indudablemente pioneros del arte moderno en el Medio Oriente.
En el acuerdo de “paz” que Trump ha presentado, mencionan específicamente que los materiales educativos deben cambiar. Quieren controlar la educación para poder controlar lo que la nueva generación de palestinos siente y piensa. Creo que el arte (literario, visual, audiovisual) es la herramienta más poderosa de la educación informal hoy en día.
P: Hablemos de tu iniciativa “Archismile” ¿Cuál es su función o labor social más representativa?
R: Creo que la mayor motivación para iniciar “Archismile” fue que quería contar mi experiencia con el arte a otros jóvenes en Jordania, especialmente jóvenes marginados. Sin el arte, no habría encontrado mi pasión, no habría superado mi ansiedad social, no habría conectado con mi identidad y no habría tenido el valor de desafiar al mundo y las expectativas sociales. A través del arte, esperaba que pudiéramos cambiar la situación de nuestras comunidades.
Empezamos como un grupo de voluntarios, pintando murales en zonas marginales de Jordania (escuelas, hospitales, orfanatos, universidades, etc.). Ahora somos una iniciativa social que implementa programas de arte, dirigidos a jóvenes desatendidos, jóvenes con discapacidades y refugiados. Ayudamos a los jóvenes a adquirir habilidades esenciales como la planificación, el trabajo en equipo, la inteligencia emocional. Les ayudamos a expresarse y visualizar sus sueños.
Hemos llegado a 15.000 jóvenes, realizado eventos de murales en más de 30 lugares y 7 gobernaciones y hemos diseñado 2 programas de arte que se están implementando en las escuelas públicas.
P: Finalmente, dentro de tu extenso activismo artístico o “artivismo”(arte+activismo), ¿qué lucha social dirías que podría definir tu arte?
R: Comencé contando la historia de Palestina, luego de Siria e Irak y otros países desgarrados por la guerra en el Medio Oriente, hasta pintar por el Black Lives Matters.
Mi arte aborda la islamofobia, la misoginia, el intervencionismo Occidental, el racismo, la ocupación. Y todos estos temas comparten una misma raíz, un mismo sistema de opresión: el imperialismo blanco.
Es el mismo imperialismo que, de adolescente, me hizo despreciar mis orígenes palestinos y morenos. Fue lo que me hizo avergonzarme de caminar junto a mi madre porque llevaba un pañuelo en la cabeza y a menudo la insultaban.
La supremacía blanca es una enfermedad incrustada en nuestra forma de pensar. Esta mentalidad debe cambiar a nivel mundial. Todos somos iguales, a pesar de nuestras diferencias. Todos deberíamos ser tratados como humanos con IGUAL valor. Si la gente realmente creyera esto, no permitiría que una tragedia como la guerra de Irak ocurriera, basada en una “guerra contra el terrorismo”. Si la gente realmente creyera esto, el mundo no se habría quedado parado durante 72 años de opresión del pueblo palestino.
FB: Lina Abojaradeh Art
Instagram: linaabart
Youtube: lina abojaradeh
Fuente: Embajada del Estado de Palestina en Argentina