La abogada del Comité de Asuntos de los Prisioneros informó que el periodista Mohammed Al-Qiq, en huelga de hambre desde hace más de 92 días consecutivos, se encuentra padeciendo insoportables dolores musculares en sus extremidades y su pecho, respira con gran dificultad, sufre esclerosis de intestinos y estómago, pérdida de la capacidad de hablar, sus órganos internos están perdiendo sus funciones, su ritmo cardíaco es cada vez más lento y se teme que sufra un accidente cerebrovascular.
Dijo también que Israel “tiene la actitud del asesino, con desprecio por la vida humana, los valores humanos y el derecho a la vida”.
La fiscalía militar israelí ha impedido que Al-Qiq reciba la visita de su familia, violando un fallo de la corte suprema israelí, del 2 de febrero, que autorizaba dichas visitas.
Desde que Israel secuestró a Al-Qiq de su casa el 21 de noviembre 2015 para luego encarcelarlo, hasta ahora, después de más de 90 días en huelga de hambre, no ha presentado formalmente acusación en su contra. Por esto y por las dilaciones inhumanas de las autoridades de la ocupación en llegar a un acuerdo para liberación de Al-Qiq, y por considerar que no se trata ya de un asunto judicial sino de un asunto político, Jawad Bulos, abogado de la Sociedad de Prisioneros renunció, en protesta, a seguir representando al periodista.
Ni el periodista ni sus abogados fueron informados del motivo de su “detención administrativa”, como la llaman los ocupantes, que es utilizada para mantener a los palestinos en cautiverio por tiempo indeterminado sin presentar acusación ni llevarlos a juicio.
660 palestinos se encuentran actualmente padeciendo el encarcelamiento en detención administrativa, algunos de ellos son niños.
Ayman Odeh, presidente de la Lista Árabe Conjunta en el parlamento israelí, cargó sobre el presidente Netanyahu toda la responsabilidad por la vida del periodista en huelga y dijo que Al-Qiq está luchando por su vida y su libertad y que es ciertamente un vencedor.
Fuente: www.ppp.ps