Buldóceres israelíes custodiados por un gran despliegue de fuerzas policiales comenzaron a demoler una mezquita en Wadi Al-Niam en el Néguev el jueves creando gran temor entre los residentes de que las autoridades también demuelan casas en el pueblo. Una orden de demolición había sido puesta en la pared de la mezquita unos días antes.
La Fundación Néguev para la Tierra y el Hombre denunció la demolición, que describe el hecho como un asalto flagrante a la santidad de la mezquita y de los derechos árabes a vivir en el Néguev. También señaló que la demolición viola el derecho a la libertad de culto, así como las leyes y convenios internacionales.
La fundación también condenó los ataques de la policía contra los residentes de Wadi Al-Niam, la demolición de sus casas, la confiscación de sus propiedades y la destrucción de sus cultivos. Hizo hincapié en que los pueblos originarios del desierto de Néguev están decididos a permanecer en sus hogares por la fuerza israelí. Hizo un llamamiento a los árabes en Israel y los árabes del Néguev en particular para apoyar al pueblo de Wadi Al-Niam.
El movimiento islámico en el Néguev, dijo que la demolición de la mezquita Al-Wadi Niam es un acto criminal por parte de los israelíes. El movimiento dijo en un comunicado, que este acto forma parte de la limpieza étnica más amplia de la zona ya que Israel quiere desplazar a 60.000 árabes palestinos de sus casas tradicionales en el desierto para que los colonos judíos y el ejército israelí se puedan moverse en este territorio.
“Los habitantes del Néguev tienen el derecho a vivir en su propia tierra”, dijo el movimiento islámico. “Ellos tienen el derecho de construir en ella, vivir y rezar”. Las demoliciones, agregó el comunicado, incrementa la determinación del pueblo a quedarse en sus tierras.
El movimiento llamó a todas las organizaciones de derechos humanos y las instituciones en el Néguev para estar al lado de los habitantes de Wadi Al Niam, defendiendo sus derechos legítimos y confrontar la limpieza étnica de Israel.
MEM/Agencias