El Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado de Palestina condena la racista decisión del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de continuar congelando las transferencias correspondientes a la recaudación de impuestos. Es más, el primer ministro maneja este tema sensible con clara negligencia e indiferencia, y con una arrogancia deliberada, sin prestar ninguna atención a la comunidad internacional.
El gobierno palestino ha advertido en reiteradas ocasiones las graves consecuencias de esta piratería israelí y los daños –debilidad y colapso- que pueden causar a las instituciones del gobierno palestino, especialmente en relación al pago de los salarios y al financiamiento de la reconstrucción de la Franja de Gaza. Dichos fondos representan un ingreso importante para el presupuesto del gobierno palestino.
Es de resaltar que estos fondos son un derecho exclusivo del pueblo palestino por tratarse de fondos palestinos, mientras que la parte israelí adquiere un 3% en concepto de comisiones por servicios.
De acuerdo con los Acuerdos de Oslo, el Protocolo de Paris sobre las Relaciones Económicas entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), firmado en 1994, estableció el sistema de recaudación de impuestos donde se fija que Israel recaudará el dinero de los impuestos y luego los transferirá de manera mensual a las autoridades palestinas. Dichos fondos recaudados por Israel, en concepto de derechos aduaneros por las importaciones palestinas, Impuesto del Valor Agregado (IVA), entre otras cosas.