Cientos de alumnos de una escuela secundaria ubicada al norte de Cisjordania ocupada quedaron atrapados entre los gases lacrimógenos y granadas aturdidoras que lanzaron soldados israelíes dentro del edificio.
Aunque corrían y trataban de refugiarse en las instalaciones del colegio, situado en la aldea de Burin, cerca de la ciudad ocupada de Nablus, los gases y agentes químicos dificultaron su respiración.
La aldea de Burin es escenario frecuente de ataques israelíes por estar rodeada de tres asentamientos ilegales, incluidos Yitzhar y Har Brakha, habitados por judíos ultraortodoxos.
Israel les ha arrebatado hasta los cultivos de oliva, y escuelas y mezquitas han sido atacadas en numerosos ocasiones por el ejército. Las tensiones han aumentado en Cisjordania y en Al-Quds (Jerusalén) tras las profanaciones de la Mezquita Al-Aqsa por los israelíes y el reciente asesinato del ministro Abu Ein.