Turquía amenaza con una posible ruptura diplomática con el país hebreo si EE UU traslada la embajada
El posible traslado de la embajada estadounidense en Israel de Tel Aviv a Jerusalén ha suscitado numerosas reacciones internacionales. Mientras se espera que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se pronuncie sobre el posible cambio de sede del organismo, la comunidad internacional advierte de que la decisión, que implica reconocer a Jerusalén como capital del Estado hebreo, abriría una verdadera caja de pandora mientras israelíes y palestinos no alcancen un acuerdo de paz duradero. Según recoge la agencia Reuters, fuentes oficiales prevén que Trump tanje el asunto —una de las promesas de su campaña electoral— este miércoles.
En la medianoche de este lunes vencía el plazo establecido para postergar la decisión, aprobada por el Congreso en 1995. Desde esta fecha, los presidentes del país norteamericano han pospuesto la decisión de trasladar la sede de la embajada cada seis meses “por razones de seguridad nacional”. El actual presidente, Donald Trump, había hecho lo mismo en mayo pero este lunes, agotó el plazo para firmar la exención a la normal. Es decir, dejó la puerta abierta al traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén.
Un judío ultraortodoxo pasa por delante de la embajada de Estados Unidos en Tel Aviv, Israel, este lunes. JIM HOLLANDER EFE
El cambio de sede diplomática podría tener efectos contraproducentes para la seguridad de las tropas y de los ciudadanos estadounidenses asentados en países islámicos, han advertido este lunes el Pentágono y el Departamento de Estado. Mientras israelíes y palestinos no alcancen un acuerdo sobre el estatuto final de Jerusalén, las legaciones extranjeras ante el Estado judío han optado por tener su sede en Tel Aviv. Por el momento, tanto israelís como palestinos consideran a la ciudad milenaria como su capital. Si Trump decide trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén, iría en sentido contrario al consenso internacional.
Reacciones internacionales
La última reacción ha llegado del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Este martes, amenazó con tomar represalias si Estados Unidos reconoce a Jerusalén como la capital de Israel. “Podrían ir tan lejos como romper nuestras relaciones diplomáticas con Israel”, ha afirmado el mandatario islamista en un discurso al grupo parlamentario de su partido. Erdogan ha dicho que Jerusalén es “una línea roja” para el orbe musulmán, y que cruzarla sería una “violación de las leyes internacionales” además de un “duro golpe a la conciencia de la Humanidad”. Después de las declaraciones de Erdogan, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí ha respondido que Jerusalén es su capital lo acepte o no Erdogan.
El lunes, la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), que aglutina a los países musulmanes, aprobó un comunicado en el que advierte a EE UU de que no debe trasladar su embajada porque supondría reconocer a esta ciudad como la capital del Estado israelí e ignorar la ocupación militar de Jerusalén Este, territorio palestino. En el comunicado, la organización señala que el traslado sería “una agresión descarada no solo contra la comunidad árabe e islámica, sino también contra los derechos de los musulmanes y los cristinos por igual y contra los derechos nacionales de los palestinos”.
Arabia Saudí ha advertido también que cualquier anuncio de EE UU sobre el estatus de Jerusalén antes de existir un acuerdo entre israelíes y palestinos dañará el proceso de paz, aumentando así las tensiones en la región. El presidente palestino, Mahmud Abbas, pidió el domingo a su ministro de Exteriores, Riyad al Malki, que se reúna de urgencia con la Liga Árabe y la OCI para analizar la situación de Jerusalén. Mientras tanto, según la agencia France Press, el movimiento islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza, amenazó con una nueva “intifada” y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), a través de su representante Husam Zomot, declaró que reconocer a Jerusalén como capital de Israel equivaldría al “beso de la muerte” para la solución de dos estados.
Del lado europeo, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha expresado su “preocupación” a Trump por el estatus de Jerusalén, a través de un comunicado lanzado por el Palacio del Elíseo. Durante una conversación telefónica este lunes con el líder del país norteamericano, recordó que “la cuestión de estatus de Jerusalén deberá ser regulada en el marco de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, aspirando especialmente a la creación de dos Estados que vivan juntos en paz y en seguridad con Jerusalén como capital”. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, ha hecho hincapié en los esfuerzos para relanzar el proceso de paz y ha pedido “evitar todo acción que mine una solución a dos Estados entre Israel y Palestina”. Según la representante de la UE, Jerusalén tiene que convertirse en la capital de ambos Estados.
Según recoge la agencia Reuters, fuentes oficiales estadounidenses han indicado que se prevé que Trump probablemente reconozca a Jerusalén como capital de Israel durante un discurso que dará este miércoles. El portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley, ha recalcado que “el presidente ha sido claro sobre este asunto desde el principio”. “No es cuestión de si se hace, sino de cuándo”, ha recalcado.
Fuente: El País – España