Traducción no oficial
JERUSALÉN, martes 19 de enero de 2021 (WAFA) – Si bien hubo una ligera disminución en la demolición israelí de estructuras de propiedad palestina en Cisjordania y Jerusalén Este durante diciembre en comparación con otros meses del año pasado, el 2020 marca un pico en el aumento en demoliciones y desplazamientos palestinos en los últimos 4 años, incluidos incidentes que afectaron estructuras financiadas por donantes, de acuerdo a un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en el territorio palestino ocupado.
Según el informe titulado “Demoliciones y desplazamiento de Cisjordania: diciembre de 2020”, las autoridades de ocupación israelíes demolieron, obligaron a la gente a demoler o incautaron 67 estructuras de propiedad palestina en Cisjordania, incluída Jerusalén Oriental, lo que provocó el desplazamiento de 50 personas, incluídos 30 niños, afectando los medios de subsistencia o el acceso a los servicios de más de 400 personas.
Todas las estructuras afectadas estaban ubicadas en la Zona C de la ocupada Cisjordania o Jerusalén Oriental y habrían sido atacadas debido a la falta de permisos de construcción israelíes, casi imposibles de obtener para los palestinos.
Siete de las estructuras ubicadas en tres comunidades de la Zona C se habían proporcionado como asistencia humanitaria internacional por un costo total de más de 14.000 euros.
En uno de los incidentes más grandes, que tuvo lugar en la comunidad beduina de Ras ‘Ein al’ Auja en la zona de Jericó, las autoridades israelíes incautaron sin previo aviso, siete estructuras incluídas tres viviendas en construcción y cuatro estructuras relacionadas con medios de subsidtencia, afectando a 45 personas.
Se atacaron cinco estructuras adicionales en tres comunidades beduinas de la Gobernación de Jerusalén, ubicadas alrededor de la zona planificada para un gran proyecto de asentamiento (plan “E1”). El plan, actualmente en su etapa de aprobación final, implica la construcción de 3.500 unidades de vivienda, lo que coloca a 18 comunidades beduinas palestinas en un mayor riesgo de expulsión forzosa.
Además, en el norte del Valle del Jordán (Hammamat al Maleh), un jardín de infantes financiado por donantes que atiende a varias comunidades beduinas recibió una orden de demolición.
También en la Zona C, junto a la aldea de Suba en la zona de Hebrón, las autoridades israelíes arrasaron unos 30 dunums de tierras agrícolas, alegando que la zona había sido declarada “tierra estatal”. Como resultado, se destruyeron las terrazas agrícolas y las cercas circundantes, y se arrancaron unos 930 olivos, viñedos, almendros y cactus, lo que socavó los medios de vida de ocho familias.
El número acumulado de estructuras demolidas o incautadas en 2020 (849) en Cisjordania, incluída Jerusalén Oriental, y el número de palestinos desplazados como resultado (996) son los mayores desde 2016. El número de estructuras financiadas por donantes internacionales afectadas en 2020 (156) también es el más alto desde 2016.
Los compromisos asumidos por las autoridades israelíes para detener la demolición de viviendas habitadas durante la crisis de COVID-19 se han ignorado en gran medida, dijo el informe de OCHA. Junto con los repetidos ataques a las instalaciones de agua y saneamiento, estas prácticas han socavado la capacidad de familias ya vulnerables para hacer frente de manera adecuada a la pandemia.
Una de las principales tendencias observadas en 2020 fue el aumento del uso de órdenes militares y otras semejantes, que impiden o limitan la capacidad de los palestinos para impugnar legalmente los ataques contra sus hogares y fuentes de sustento en los tribunales israelíes.
En el Área C, el 30% de las estructuras afectadas en 2020 (202 de 666) fueron incautadas sin previo aviso, frente al 11% en 2017 y el 8% en 2016. Otro 13% de las estructuras en el Área C (88) fueron demolidas sobre la base de la Orden Militar 1797, que proporciona un aviso de 96 horas y motivos muy limitados para impugnar legalmente una demolición.
En Jerusalén Oriental hubo un aumento importante en la proporción de estructuras demolidas por sus propietarios, luego de la emisión de órdenes de demolición, que alcanzaron el 47% en 2020, frente a un promedio del 23% en los cuatro años anteriores. Esto se atribuye a la nueva legislación israelí, que limitó la autoridad de los tribunales israelíes para intervenir y permitió a la Municipalidad Israelí de Jerusalén Occidental ejercer presión sobre las familias afectadas para que demolieran sus propiedades por sí mismas.
Fuente: WAFA