X

“Los jugadores advirtieron que los estaban utilizando”: el embajador de Palestina en Argentina explica el trasfondo del fallido match en Jerusalén

11 de junio de 2018

Por Alejandra Dandan

Habla acostumbrado al rechifle de los ruidos en un escenario, esa casa, la embajada, un lugar más bello que otras representaciones más pobres, cedido alguna vez por el gobierno argentino, que durante esta hora se convierte en una puerta de entrada a Medio Oriente. A las calles donde se agitaron los pedidos para que Argentina no jugara el partido contra Israel en ese lugar que para ellos es Ciudad Santa pero sobre todo territorio que no están dispuestos a ceder. “El partido hubiese sido un encubrimiento a la ocupación, cuando Israel en este momento está cometiendo una masacre sobre el pueblo palestino”.

¿Su primera impresión?

El tema viene arrastrándose desde hace tiempo. He reiterado una y otra vez que además de lamentable, es un episodio triste. Nosotros sí creemos que el deporte es algo sublime, que no debe quedar inmiscuido en temas políticos. No soy ingenuo y sé que hay política en todo, tengo suficiente edad para recordar muy bien los años ’80, cuando los Estados Unidos de Reagan convocaron a sus aliados para no participar en las Olimpiadas de Moscú, así que si eso no es política, qué es. Y lo mismo ocurre en este caso. Cuando se confirma que el presidente argentino, el señor Macri, habría recibido una llamada, o más, del primer ministro israelí, decimos: si el tema es sólo deportivo, ¿qué tiene que ver el presidente Macri hablando con el presidente Netanyahu? ¿Qué tiene que ver la ministra de Deporte y de Cultura, Miri Regev, protagonista de todo este episodio? Y finalmente, si el partido se había sido pactado para Haifa por qué deciden trasladarlo por presiones del gobierno Israelí. Lo trasladan a la ciudad de Jerusalén y saben que Jerusalén tiene un estatus especial en una fecha en que se conmemoran los 51 años de la ocupación de la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén y a poco del traslado de la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén. Entonces, todo esto muestra un manejo político donde el deporte es la víctima. Donde el pueblo palestino es víctima y la selección argentina es víctima, por el mal manejo de la AFA y por el manejo, perverso, de las autoridades israelíes donde la Federación de Fútbol israelí actúa como un instrumento político. O de las fuerzas políticas.

¿Qué posición decidió tomar Palestina?

En este panorama, la reacción de los palestinos fue netamente deportiva: no hubo declaración de ningún dirigente palestino político. Ninguna intervención de ministros o autoridades políticas. Lo manejaron los dirigentes deportivos. El señor Jibril Rajoub, presidente del Comité Olímpico palestino y presidente de la Asociación de Fútbol, quien se dirigió a sus homólogos tanto de la AFA como de otras federaciones mundiales y a la FIFA. Y esos eran los canales donde había que moverse. Finalmente, también hubo una intervención de la sociedad civil palestina, argentina y de otros sitios. Esto llegó a los jugadores argentinos que se dieron cuenta que estaban siendo utilizados políticamente y tuvieron el valor de decir que no iban a jugar. Luego vino el chantaje israelí. Y las acusaciones. Que los palestinos, una vez más, somos culpables de todos los males del mundo. Luego, dijeron que hubo amenazas con una lógica elemental: si hay amenazas, debe haber denuncias. ¿Me pueden decir quién denunció amenazas? Y si las hubiera, ¿alguien mostró alguna amenazas?

¿Quiere decir que no hay pruebas de las supuestas amenazas contra Messi?

¿Qué amenazas? ¿Cuáles? Si las hubo, ¿por qué no hubo denuncias? Si hay amenazas, se denuncian. ¿Y dónde están las denuncias? Y luego, apareció el tema de la camiseta ensangrentada. Está comprobado que quienes fueron a protestar a Barcelona no eran palestinos. Entendemos que son solidarios con Palestina, pero ninguno es palestino. Pero, acaso, ¿mostrar una camiseta ensangrentada, equivale al crimen de encubrir la ocupación?

Porque el partido hubiera sido un encubrimiento a la ocupación en momentos en los que Israel está cometiendo una masacre sobre el pueblo palestino. Pero, lamentablemente Israel y sus amigos manejan los grandes medios. Creen que son dueños de la verdad, y su palabra es ley. Todo el mundo tiene que aceptar lo que dicen y no podemos cuestionar nada, sino seríamos anti-semitas. Ahora empiezan a exigir una indemnización y a acusar a los palestinos. Pero hablando de antisemitismo, sería bueno indagar qué significa ser semita. Y van a descubrir que el Estado que ejerce antisemitismo es Israel porque está masacrando a un pueblo semita, que es el pueblo palestino.

¿Por qué el énfasis en lo político? ¿Quién sigue sosteniendo que se trata sólo de un tema deportivo?

Israel o sus defensores dicen que se trata sólo de un deportivo pero si eso es así, ¿por qué el llamado del primer ministro de Israel con el presidente Macri? ¿Por qué el partido que inicialmente iba a ser jugado en Haifa se trasladó a Jerusalén en un momento crucial como este? Luego hubo versiones periodísticas que afirman que el acuerdo fue entre el presidente de la AFA y el embajador de Israel en Buenos Aires. ¿Por qué? ¿Por qué un embajador va a acordar un partido? Entonces, ellos fueron los que politizaron la situación, pero luego reparten acusaciones. La verdad es que yo no tengo ningún complejo porque no soy culpable de nada. Y tampoco puedo aceptar ninguna acusación al pueblo palestino porque tampoco es culpable de nada. Al contrario, junto a la selección argentina íbamos a ser las víctimas de este manejo.

¿Cuál es el interés de Israel en jugar este partido con Argentina, ahora y ahí?

Blanquear la imagen y legitimar la ocupación. Afirmar en la conciencia colectiva de miles de espectadores que Jerusalén es la capital de Israel. El partido iba a ser transmitido no sé a cuántos países y se iba a transmitir desde lo que ellos pretenden mostrar como la ciudad capital. Por eso, era un juego de propaganda. Y en ese sentido, son los más fieles alumnos de la doctrina de Goebbels: una mentira repetida cien veces se convierte en verdad. Ellos han utilizado esa doctrina de manera perversa, casi maestra. Lo repiten. Y lo repiten. Y al final, esa idea repetida tantas veces para el mundo, buscan que quede. Pero no: Jerusalén es territorio ocupado. En la resolución 181 de Naciones Unidas del 29 de noviembre del año ‘47, se dejó dicho que iba a tener un estatus especial: no iba a ser parte de Israel y, por lo tanto, en ningún caso, lo es. No. Es territorio palestino ocupado en la guerra de 1967.

¿Están siguiendo la relación de Israel con Argentina? ¿Por qué cree que Netanyahu se siente habilitado para hacer esa llamada?

En Occidente en general hay un complejo de culpa hacia los judíos por la persecución que han sufrido a lo largo de mucho tiempo, y culminó con el lamentable Holocausto en la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, consienten absolutamente todo a su anterior víctima para quedar bien con las conciencias. Por otro lado, y en este panorama, Israel también se presenta como el portador de las llaves del Paraíso. Deja entrar al Paraíso a quién quiere y deja afuera a los desobedientes. En ese esquema, ha convencido a grandes sectores, especialmente en Occidente, que son los que dan carta de buena conducta para llegar a EEUU y a otros sitios de las grandes potencias, a muchas buenas instancias económicas y políticas a nivel mundial. Así, se sienten con autoridad de llamar a quién quiera. Y hablarle de lo que quiera. Y la otra parte tiene que escuchar. Lamentablemente, así funcionan las cosas.

Y en términos concretos, ¿esas puertas al Paraíso operan en esta relación? ¿Ustedes están mirando los acuerdos del ministerio de Seguridad, las compras, los entrenamientos, las ventas, las instalaciones, asesorías?

Yo no voy a meterme en esto porque soy embajador acreditado ante el gobierno argentino y esto se puede hablar vía conductos diplomáticos, pero no en la prensa. No soy un ciudadano argentino que puede criticar a quien quiera y como quiera. Pero sí nos preocupa esta escalada israelí en Argentina. Es preocupante, pero eso lo tienen que resolver tanto las autoridades argentinas como el pueblo argentino.

El otro gran eje de todo eso es el establecimiento de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén. ¿Qué puede decirnos?

Antes de responder, quiero volver un poco atrás. Durante la campaña presidencial norteamericana de 2016, el entonces candidato Donald Trump se atrevió a decir que respecto del tema de Medio Oriente, iba a ser equidistante. Allí comienza una campaña feroz. Quiero recordar que hubo un candidato judío en esa campaña, el senador Sanders, muy valioso, muy valiente y con mucha claridad, que también se atrevió a criticar a Israel y fue víctima de una campaña. Al poco tiempo de las declaraciones, el señor Trump se dejó amedrentar. Cambió su tesis. Sintió la presión y el peso de esa campaña. El cambio significó un giro de 180 grados: pasó a ser un fiel defensor y difusor del pensamiento de  lobby sionista en Estados Unidos. Entonces, anunció que iba a reconocer a Jerusalén como capital de Israel y a trasladar la embajada. Asumió y tenía que pagar las promesas. Otros presidentes también habían hecho esas promesas. Obama o el propio George Bush, pero cuando asumieron se dieron cuenta de que el tema era delicado y no implementaron la promesa. Trump –que está muy comprometido y con varias investigaciones– piensa que esto puede ser una jugada que puede darle algún crédito y contaría con el apoyo y aprobación de sectores que lo presionaron y ahora le cobran. También hay un sector del electorado evangelista, que sí cree en la visión bíblica del retorno de Israel como la antesala de la reaparición del Mesías. Digamos, que hay un conjunto de elementos, con una alianza, estrecha y estratégica, de la extrema derecha israelí que gobierna el Estado. Y más que derecha, es fundamentalismo. Lo mismo que el señor Trump: decide trasladar la embajada sabiendo lo que significa y lamentablemente, pocos días después, la representante norteamericana en la ONU, sale a decir: ¿dónde está el caos? ¿dónde está la sangre? Ella esperaba el caos. Ella quiere el caos. Pero lo lamentable es que esta lógica y esta política, no sólo es una agresión a Palestina, sino a toda la humanidad. Jerusalén no es una ciudad cualquiera. Es la Ciudad Santa para todos los credos monoteístas, pero además es un territorio ocupado, consagrado por el derecho internacional, las convenciones de Ginebra y las propias resoluciones de la ONU. Reconocer al territorio ocupado como parte del territorio de la potencia ocupante, significaba simplemente devolvernos a la ley de la selva, donde el más fuerte se come al más débil. Pero además, contando con la aprobación del rey de la selva, que es la gran potencia, Estados Unidos.

Se dijo que el establecimiento de la embajada fue como una bomba lanzada sobre Medio Oriente. 

Es peligroso porque asienta un precedente. Y una nueva doctrina de política internacional. Y aunque a esta altura todo se puede esperar de un régimen como el de Trump o Netanyahu, está claro que no sólo habla de que Trump no respeta los acuerdos, sino que no respeta la propia historia de Estados Unidos, la institucionalidad. Pero otra vez, estas cosas, las tiene resolver el pueblo norteamericano, no yo.

¿Cómo están hoy las calles de Jerusalén?

El Estado de Israel mantiene una política constante de suplantar población en el territorio ocupado con los llamados asentamientos con colonos israelíes. Esto es otra violación al derecho internacional, de acuerdo al cual una potencia de ocupación no puede cambiar ni alterar el estatus del territorio ocupado, ni puede trasladar población civil. Puede ser considerado crimen de guerra. Los llamados asentamientos despedazan el territorio palestino. Hay muchas colonias, muchos asentamientos y esto lo hacen en territorio confiscado, usurpado, de propiedad privada y pública de los palestinos. Y luego, y esto es fundamental, hacen imposible la vida de la población palestina para desterrarla de la ciudad.

¿De qué maneras?

De todas las que se le ocurra. Controles, sí. Pero no sólo. Asesinatos. Encarcelamientos. No permiten construir casa en su propia tierra o en la misma casa. No permiten ampliar una vivienda, entonces los hijos crecen, se casan, tienen nueva familia y, ¿dónde pueden vivir si no les permiten construir? Por eso se van. En los ’80, cerca de 95 por ciento de la población de Jerusalén era palestina, hoy no llega a 35 por ciento. Por un lado, destierran a los palestinos y por otro, implantan colonos israelíes con muchos privilegios y compensaciones. Créditos y precios muy baratos de viviendas. Si en Tel Aviv un departamento puede constar 2 millones de dólares, allí lo venden a 100 mil dólares con facilidades de pago a treinta años y después, le puede condonar la deuda a los veinte años.

Cuando mi abuelo palestino salió de Acre, había ocupación británica. Hoy Acre forma parte del estado de Israel.

Sabe que al comienzo, pensé que usted y yo éramos parientes porque también somos Dandan. El pueblo de donde vengo fue demolido como sucedió con el pueblo donde ahora está el estadio (Telly Kollek) en el que se iba a jugar el partido con la selección argentina. Allí había una colonia que se llamaba Malha, demolida y con su población expulsada. Era una aldea palestina. Hoy 500 aldeas fueron demolidas por Israel. Barridas. Yo pasé por el lugar donde estaba mi aldea que ahora es campo cultivable. Ahí ahora quedan dos casas. Una es la de mi abuelo paterno, que eran las mejores del pueblo. El lugar se llamaba Tired Dandan porque el fundador del pueblo se llamaba Dandan. Pero no. Sus tías me explicaron que ustedes son de Acre, así que no somos parientes. Ahora Acre es territorio ocupado, parte del estado de Israel. Pero su población se mantiene como palestina árabe. No sé cuál es el porcentaje de palestinos allí, pero la población palestina que es ciudadana israelí asciende al 20 por ciento de Israel.

¿Usted de dónde viene? ¿Dónde está su familia?

Estoy acá ahora con mi mujer y mis hijos. Estoy en Buenos Aires hace tres años. Mi familia es de este pueblo, fueron expulsados en 1948. Peregrinaron en un largo recorrido hasta que llegaron a un campo de refugiados en Jericó donde nací. Luego, en 1967, una vez más, somos expulsados. Fuimos a Jordania. Ahí pasé mi infancia y adolescencia. Luego, salí a estudiar. Y a trabajar. Y en el año ‘99, con el acuerdo de Oslo, a una cantidad determinada de funcionarios de la OLP se les permitió el retorno a Palestina. Yo fui uno de los privilegiados en tener la oportunidad de retornar a Palestina. Así que tengo una parte de mi familia en Palestina, otra en Kuwait, otra en Estados Unidos, dispersos: la diáspora palestina. Yo era funcionario de la OLP. Y seguí como funcionario. Estuve en destinos diferentes. Incluso trabajé varios años en Palestina.

¿Que busca Estados Unidos ahora y ahí?

Estados Unidos implementa la política israelí. El objetivo es rediseñar el mapa del Medio Oriente y reescribir la historia. En los ’70, Yasser Arafat advirtió de un plan para balcanizar Medio Oriente. ¿Y qué está pasando? ¿En cuántos trozos pretenden dividir a Irak? ¿En cuántos a Siria? ¿Libia? ¿Y quién se beneficia con las guerras? Sólo Israel. No hay otro. Y Estados Unidos. Con esto Israel se garantiza 30, 40 o 50 años de problemas en la región y mientras tanto pasa desapercibido lo que hace en Palestina. Así, imponen hechos ya consumados. Impiden la llamada solución de dos Estados, con países árabes muy inmersos en sus problemas cotidianos, esforzándose para frenar la desintegración. Y esto garantiza el dominio occidental en la región, y por lo tanto flujo de petroleo, venta de armas, etcétera.

¿Que esta pasando ahora en las calles?

Dicen que no hay mal que dure cien años, pero nosotros rompimos esa tradición porque el mal empezó en 1916 y 1917, con el tratado de XXXX. El pueblo palestino es milenario, ha estado en palestina siempre, desde hace diez mil años, mucho antes de que llegaran otros, hemos permanecido ahí desde siempre y vamos permanecer hasta siempre. No hay otra patria palestina ni pretendemos buscarla. No vamos a renunciar, ni a Palestina ni a nuestra palestinidad. Sabemos que esto tiene un costo alto. Lo estamos pagando con la vida de nuestros hijos, de nuestra gente, pero no tenemos otra. Siempre digo: ¿quién fue José de San Martín? Mucha gente no contesta porque se queda pensando con la pregunta. Pero yo digo: fue un héroe. El libertador. ¿Y cómo liberó su tierra? ¿Besándole las botas a los soldados de la corona? ¿Regalándoles flores a los asesinos de su pueblo? No, hubo una confrontación. Con esto no quiero decir que nuestra lucha va en esta dirección, pero si acá fue válida la lucha por la independencia ¿por qué en Palestina eso es terrorismo?

A propósito de esto. Tema Hamas. Clarín publicó una crítica de Marcelo Tinelli a la AFA por la decisión. Todos se agarraron de un twitter de Hamas. Y la idea era que si Hamas estaba contento, entonces había un problema. Los terroristas de Hamas, decían.

Es parte del mismo concierto. Hamas no es de mi agrado. Son mis adversarios porque tienen un proyecto político que es totalmente contradictorio al nuestro. Son posturas irreconciliables, como comparar el fascismo con la socialdemocracia. Nosotros somos más o menos similares a la socialdemocracia y ellos son de derecha religiosa. Nosotros somos laicos, pretendemos un estado democrático y laico. Ellos, un estado religioso. Posturas irreconciliables desde lo ideológico, pero ¿son parte del pueblo palestino? Sí, lo son. No somos fascistas, para descartar a una parte de nuestro pueblo. ¿Es parte de nuestro pueblo? Sí. ¿Piensan diferente? Sí. Pero, ¿quién permitió que Hamas tenga la fuerza que tiene? Israel. Porque se fundó hace 31 años cuando Israel reprimía a nuestro sector, y eso favorecía la creación de un cuerpo que pueda contrarrestar a la OLP con sus integrantes laicos. Y hacían la vista gorda con Hamas. Les eran funcionales, y les siguen resultando funcionales, porque un discurso de un presidente palestino, realista, que representa a la mayoría del pueblo palestino, un estado democrático, laico, pacífico, no le conviene a Israel. Lo mismo pasa con el fundamentalismo islámico. Es enemigo nuestro más que de cualquier otro. Y una prueba de ello es: ¿cuántas víctimas de ISIS hubo en Israel? Ninguna. Yo desafío a cualquiera que me mencione una víctima en Israel de ISIS? ¿Y cuántas víctimas árabes hay de ISIS? Todos, con los condenables atentados que hubo en países occidentales. Y más aún. El mismo señor Trump, hoy presidente EEUU acusaba a Obama y a Hillary Clinton de la creación de ISIS. Búsquelo. Acaso, ¿EEUU habría creado ISIS a favor del pueblo palestino? No. Como sucedió con Al Qaeda, con los Talibanes que tienen sus orígenes en los combatientes por la libertad, que hoy los documentos que se hicieron públicos de la CIA comprueban que el señor Osama bin Laden fue un agente de la CIA.

¿Prefiere hablar de cómo es vivir con la muerte o de cómo se resiste?

Yo prefiero pensar en vivir con la idea de vivir. Prefiero afirmar que el pueblo palestino mas que nada piensa en la vida. Nuestro país es el país del Tercer Mundo con mayor egresados universitarios del mundo, competimos con las grandes potencias, en cultura, educación, arte, literatura, todo. El arte es creación para la libertad y forma de resistencia porque Arafat decía que la revolución no es sólo un fusil, es el bisturí de un cirujano, una pluma del artista, y así seguía con otras cosas. Pero esto es revolución. así que para nosotros esto es parte de la libertad y del proceso de lucha y de resistencia.

Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/los-jugadores-argentinos-se-dieron-cuenta-que-estaban-siendo-utilizados/