X

Human Rights Watch: 1.000 niños palestinos son explotados en los asentamientos ilegales de la ocupación israelí

Unos 1.000 niños palestinos están siendo explotados en las granjas de colonos israelíes en  Cisjordania ocupada, según un informe (INGLÉS) de Human Rights Watch (HRW).

Estos niños están son obligados a llevar cargas pesadas y manipular pesticidas sin protección adecuada y reciben alrededor de la mitad del salario mínimo legal.

Los niños no tienen prácticamente opción y deben aceptar estos trabajos en los asentamientos para ayudar a sus familias a sobrevivir ya que las políticas de Israel ha dejado a muchas familias palestinas en la pobreza.

En algunos casos, las granjas de los colonos han sido construidas en las tierras robadas a los mismos pueblos de los niños.

Todos los asentamientos en Cisjordania son ilegales bajo la Cuarta Convención de Ginebra. Mientras que el trabajo infantil viola derechos consagrados en una serie de acuerdos internacionales.

Aunque Estados Unidos y la Unión Europea adhieren nominalmente al derecho internacional, no han puesto restricciones a las importaciones de productos de los asentamientos israelíes con trabajo infantil.

HRW entrevistó a 38 niños palestinos y 12 adultos que trabajan en granjas de colonos en el Valle del Jordán.

Mientras que la edad mínima para trabajar en Israel es de 15 años, muchos niños comienzan a trabajar a los 13 o 14. Incluso menores de esa edad trabajan media jornada. Algunos niños contaron a HRW cómo son presionados a trabajar sin descansos. Un niño de 15 años que debió abandonar la escuela contó que los supervisores estaban siempre gritándole “trabajá más rápido, sos muy lento”. El chico dijo además que no se permite a los trabajadores sentarse mientras recolectan uvas y ajíes.

Los niños palestinos entrevistados por HRW ganan alrededor de 10 shekels (2,70 usd) o sea un tercio del salario mínimo legal.

Químicos peligrosos

La mayoría de los entrevistados contaron a HRW que fumigan las plantaciones dos veces por semana. Sólo dos de ellos eran provistos de máscaras, protección para los ojos y guantes. Los menores haciendo este tipo de trabajo dijeron sufrir de mareos, náuseas, irritación en los ojos y erupciones cutáneas.

Un chico de 14 años dijo que otros trabajadores a veces “fumigan los ajíes mientras los estoy recogiendo. Nos dan guantes pero no máscaras”. Algunos de estos pesticidas contienen neurotoxinas que dañan severamente los tejidos nerviosos, según HRW. Uno de ellos es el Alzodef, prohibido en la UE por los riesgos a la salud que supone.

Forzados a llevar cargas pesadas

El trabajo en las granjas incluye el traslado de cargas pesadas. Por ejemplo, cajas con ajíes que pueden pesar hasta 20 kilos.

Un chico de 13 años contó a HRW que su trabajo consiste en cortar ajíes, ponerlos en cajas y cargarlas. Las cajas son pesadas y sufre de dolores en sus brazos y espalda. “Al principio arrastraba las cajas pero luego el supervisor me dijo que debía cargarlas”, dijo el chico.

Yusef, de 18 años, dijo que sufre de dolor de espalda crónico debido a las pesadas cargas que debe transportar. Saleh, de 15 años, dijo tener los hombros entumecidos por cargar un bidón de 15 litros para fumigar, que debe recargar cada media hora unas 15 veces en total.

Las normativas israelíes para el trabajo infantil prohíben a los menores de 18 años hacer trabajos que incluyan cargar un peso mayor a 12.5 kilos para chicos y 8 para chicas.

Los menores palestinos trabajando en granjas de los asentamientos deben también  ejecutar tareas peligrosas.

Un chico de 15 años tuvo que subir a una escalera de 2 a 3 metros para recolectar dátiles. “Los árboles de dátiles tienen muchas espinas, una vez me corté y no pude trabajar por un mes”, dijo a HRW. No recibió ningún tipo de compensación “porque si no trabajás, no cobrás. Si voy al doctor, tengo que pagarlo de mi bolsillo”.

Los exportadores israelíes mezclan los productos de los asentamientos con aquellos de su territorio en las cargas a la UE. Todas las organizaciones de agricultores palestinos llamaron a tomar acciones para terminar con las exportaciones de los asentamientos ilegales.