Haaretz
El nuevo libro de la abogada Yael Berda observa las operaciones diarias del sistema de permisos de Palestina, donde se dice que nadie está a cargo y pierde todo el mundo. El ineficiente sistema de permisos mantiene separados a los palestinos y los hace dependientes de Israel, dice Berda, que señala la ausencia de una clara autoridad en los territorios palestinos, el fenómeno de “el fantasma soberano”.
The Bureaucracy of Occupatio: The Permit Regime in the West Bank 2000–2006, de Yael Berda, nos permite “echar un vistazo por encima del hombro de la burocracia militar”, como señala Max Weber, uno de los fundadores de la sociología moderna. Berda es abogada, especializada en derecho administrativo y constitucional y estudiante de investigación en la Universidad de Princeton. En su libro estudia el sistema administrativo de la ocupación israelí en los territorios, exponiendo el trabajo cotidiano de los empleados, los dispositivos de organización y los rituales que administran la ocupación israelí en los territorios.
“El régimen vigente es el mecanismo filtrado más grande del mundo desarrollado, que identifica y restringe la circulación de una gran población civil”, dice Berda. “Desde los Acuerdos de Oslo, los palestinos de los territorios necesitan permisos para entrar en Israel. El régimen del permiso es ineficiente y torpe y un sistema de documentación y permisos que son difíciles de obtener”.
¿Cuándo se encontró por primera vez con el sistema jurídico militar en los territorios?
“Para el primer caso en el que trabajé cuando estuve haciéndolo por cuenta propia, me dirigí a la base militar de Ofer para entrevistar a Naim y Ayad Murar que estaban entre los que organizaron la protesta popular contra la valla de separación en el municipio de Burdus. Junto con la abogada Tamar Peleg Sharik, apelé su detención administrativa. El tribunal aceptó nuestra posición de que la detención se había producido por motivos políticos y los pusieron en libertad. Me quedé muy conmovida por lo que vi en los tribunales militares. No sólo existían leyes diferentes para toda la población [palestina], sino que también existía separación física en la corte entre la entrada de civiles judíos y la puerta de entrada para los residentes palestinos. Incluso había áreas de estar separadas. Uno de los soldados me dijo: “¿Qué le conmueve tanto? Usted se encuentra en los territorios, hay leyes diferentes aquí.”
¿Cuál es el modelo burocrático de la ocupación?
“El modelo burocrático con el que la mayoría de las personas están familiarizadas es el del sociólogo Max Weber, llamado de autoridad legal y racional. Es así cuando se supone que la burocracia funciona de acuerdo con leyes claras y el trabajo administrativo se lleva a cabo sistemáticamente de manera universal. En otras palabras, las leyes se aplican a todos por igual y no están relacionadas con la identidad del cliente o la del dependiente. Hablamos de la corrupción y del comportamiento deshonesto, principalmente en relación con los sistemas burocráticos. Pero yo digo que la burocracia de la ocupación es un modelo diferente. Opera como la burocracia de los británicos, que gestionaban las cuestiones de las poblaciones en las colonias. El modelo colonial se basa en el principio de jerarquía racial, en el que existe un sistema jurídico y organizativo para el grupo étnico en el poder y otra para el grupo que está bajo su control”.
Israel afirma que actúa de esa manera por temor a los riesgos para su seguridad. ¿Qué opina?
“Uno de mis principales reclamos es que la forma en que la población civil en la Ribera Occidental está siendo administrada pone en peligro la seguridad de los judíos. Esto es debido a que es la forma lo que constituye un riesgo para la seguridad que hace que todos los palestinos se constituyan en un riesgo para la seguridad. Este tipo de modelo impide que ocurran dos cosas importantes: la gestión de los riesgos para la seguridad (si todo el mundo es peligroso, entonces no puedo tomar las decisiones sobre asignación de recursos), pero lo más importante, que nos lleva a una política catch-22. Si todo el mundo es peligroso, es imposible encontrar una solución política, sólo hay soluciones violentas.”
¿Quién es realmente responsable de la gestión de la población civil en los territorios?
“Esa es realmente una buena pregunta. Se supone que es la Administración Civil y el Comando Central de los Territorios Ocupados, que es el comando militar en el área. Pero en la práctica, este sistema tiene muchos socios: el Servicio de Seguridad General, el Ministerio de Defensa, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Industria, Comercio y Trabajo, el Servicio de Empleo, la Policía de Fronteras, la Policía de Israel, la Asociación de Fabricantes de Israel, la Asociación de contratistas y constructores en Israel, organizaciones internacionales y empresas corporativas. Este es un sistema muy complejo que provoca incertidumbre, flexibilidad administrativa y la constante creación de excepciones. Esto dificulta encontrar a alguien que sea responsable, “el fenómeno de la soberanía fantasma”.
¿Quién gana en este ineficiente sistema burocrático?
“Es importante comprender que el sistema no estaba planeado de esta manera. Nunca hubo ninguna decisión por parte del gobierno o de cualquier otro organismo administrativo para establecer el régimen de permisos, de modo que no se hizo deliberadamente. En lo que respecta a ganar -la flexibilidad administrativa, el despilfarro de recursos administrativos y las frecuentes fricciones que forman parte de la concesión de permisos de trabajo-, conduce a dos resultados deseados para la política del gobierno. Esto hace que la población civil palestina dependa del sistema administrativo, para que éste pueda controlar, supervisar y aplicar presión y preservar el principio de mantener la separación de las dos poblaciones.”