Stop the Wall
La pasada madrugada, a la 1.30 am, diez tanques blindados de la Fuerzas de Ocupación Israelíes rodearon las oficinas de Stop the Wall en Ramala e irrumpieron en ellas. Los soldados israelíes robaron dos ordenadores portátiles, 3 discos duros y 10 tarjetas de memoria que contenían tanto archivos y fotos como material relacionado con el trabajo que la organización hace en oposición al muro del apartheid y a los ataques a los derechos humanos palestinos que representan el muro y las colonias. Esto supone otro ataque a la sociedad civil palestina y a su lucha contra la opresión física y psicológica, y contra las políticas israelíes de confiscación y de limpieza étnica.
Stop the Wall es una de las organizaciones más activas de defensores de los derechos humanos en Palestina y durante casi diez años ha estado defendiendo campañas de resistencia civil y en contra del muro, y en defensa del derecho palestino a la autodeterminación. Internacionalmente se reconoce que los defensores de los derechos humanos son un elemento esencial en los procesos políticos y su represión pone aún más de relieve que Israel carece de voluntad de lograr una paz justa.
Jamal Juma, coordinador de Stop the Wall Campaign, señala:
“No es sorprendente que las autoridades israelíes hayan elegido este momento para aumentar su represión contra la red de resistencia civil de Stop the Wall en contra del muro y las colonias, y hayan elegido actuar el mismo día que el Tribunal Supremo rechazaba los recursos de los huelguistas de hambre Bilal Diab y Tha’’ir Halahleh, encarcelados sin cargos y sin juicio, con lo que en la práctica los condena a muerte.
La valiente determinación de los más de 2.000 presos palestinos en huelga de hambre en las cárceles israelíes pone una vez más de relieve la fuerza que tiene la resistencia civil como parte de a lucha palestina. Casi a diario los y las palestinas salen a las calles a protestar y mostrar su solidaridad con los presos y presas políticas palestinas. Su descontento por el estéril y completamente estancado proceso diplomático es cada vez mayor. Al mismo tiempo, las autoridades israelíes anunciaron en 2011 a las agencias de las Naciones Unidas que a lo largo del año 2012 iba a desplazar sistemáticamente a la población palestina de la Zona C. Mientras se llevan a cabo estos desplazamientos en el valle del Jordán, aumentan las demoliciones de casas y se acelera la construcción de colonias, la población de Cisjordania está cada vez más constreñida tras de las paredes del muro.
Esta incursión en las oficinas de Stop the Wall pone en evidencia que las autoridades israelíes temen que las abundantes acciones no violentas pongan eficazmente en entredicho sus políticas. Israel se está preparando para una confrontación y represión mayores, con lo que demuestra claramente que no está dispuesto a respetar ninguno de los derechos, sancionados internacionalmente, por los que está luchando el pueblo palestino”.
No es la primera vez que Stop the Wall es objeto de la represión israelí. En septiembre de 2009 fue detenido el coordinado juvenil de Stop the Wall y dos meses después, en diciembre de 2009, fue detenido el coordinador de Stop the Wall, Jamal Juma’. Las autoridades israelíes fueron incapaces de formular ninguna acusación contra ninguno de ellos y tras una larga campaña internacional que contó con la implicación activa tanto de las misiones diplomáticas en Palestina y ministerio de Exteriores europeos como de innumerables organizaciones de derechos humanos de todo el mundo, ambos tuvieron que ser liberados en enero de 2010. Solo unos meses después este ataque fue seguido de una amplia incursión del ejército israelí en las oficinas el 8 de febrero de 2010 y de detenciones masivas de militantes defensores de los derechos humanos en los pueblos que más activamente protestaban contra el muro.