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Israel está tratando de debilitar la huelga de hambre de los prisioneros, buscando con eso quebrar la resistencia palestina. Las asociaciones de derechos humanos y de prisioneros piden a la solidaridad internacional actuar con urgencia para poner fin a las violaciones de derechos humanos por parte de Israel y a salvar las vidas de miles de palestinos.
Los presos en las cárceles israelíes entraron en el 16º día de la huelga de hambre masiva lanzada el 17 de abril (día internacional de los prisioneros palestinos). En las últimas dos semanas, su lucha -llamada Karameh (Dignidad) o “la lucha de los estómagos vacíos” se ha convertido en un asunto nacional. Marchas, protestas y manifestaciones se suceden diariamente en toda Cisjordania y la Franja de Gaza para mostrar a los prisioneros el apoyo del pueblo palestino.
En cada ciudad palestina, la gente instaló tiendas de campaña de solidaridad, y numerosos familiares de los presos, junto a palestinxs de a pie, iniciaron su propia huelga de hambre en apoyo a la lucha que se lleva a cabo en las cárceles israelíes. En la mañana del martes 1º de mayo, lxs manifestantes protestaron frente a la prisión de Ofer (cerca de Ramalah) en apoyo a los huelguistas; el ejército israelí -como de costumbre- respondió lanzando gases lacrimógenos y balas de acero recubiertas de goma, hiriendo a cuatro personas.
Dentro de las prisiones, el número de presos en huelga de hambre sigue creciendo. La protesta se inició el 17 de abril con 1600 huelguistas; hoy son más de 2600 los presos que rechazaron la comida. Muchos de ellos están en condiciones críticas y su salud continúa deteriorándose. Catorce de los huelguistas, incluido Ahmad Sa’adat, el secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina (mantenido en aislamiento desde hace tres años), han sido trasladados a los hospitales de las prisiones.
Y a medida que el número de huelguistas aumenta, el servicio penitenciario israelí (IPS) se niega a discutir las demandas de los prisioneros y continúa violando el Derecho Internacional. Los justos reclamos de los huelguistas incluyen: terminar con las medidas ilegales como la detención administrativa (sin cargos ni juicio, por tiempo indeterminado, basada simplemente en “evidencia secreta”), al aislamiento prolongado, a la negativa de visitas familiares (especialmente a las familias de Gaza, a quienes se les niega las visitas desde hace seis años), a la prohibición de estudiar y leer materiales informativos, y a las requisas y revisiones humillantes para los presos y sus familiares.
En lugar de analizar las demandas de los presos, el IPS está tratando de quebrar la huelga de hambre y debilitar la protesta. Para ello, las autoridades israelíes están empleando métodos brutales y de castigo colectivo contra los prisioneros en huelga: ataques y agresiones personales; confiscación de sus pertenencias; traslados forzados de una prisión a otra, o de un sector a otro; ponerlos en aislamiento; prohibición de recibir visitas de lxs abogadxs.
Mientras tanto, ocho presos palestinos -cinco de ellos en detención administrativa- llevan más de dos meses en huelga de hambre. Thaer Halahan (de Hebrón) y Bilal Diab (de Jenín) entraron hoy en el 64º día de huelga de hambre, y han sido confinados al hospital de la prisión por el deterioro acelerado de su salud (según Médicos por los DDHH-Israel, que pudo visitarlos ayer, sus vidas corren inminente peligro de muerte). Hassan Safadi está en el 59º día de huelga de hambre, Mohammad Al-Taj en el 49º (según el Club de los Prisioneros, su situación de salud es extremadamente grave) y Mahmoud Sarsak está en el día 41º.
Y mientras más y más presos se suman a la huelga de hambre, Israel continuamente aumenta el número de palestinos detenidos. El ejército israelí arrestó a 23 personas en operativos militares a lo largo de Cisjordania, y la noche anterior había arrestado a 15, principalmente de los distritos de Hebrón y Jenín.
Urge realizar acciones urgentes a nivel local e internacional para apoyar la lucha de los presos palestinos y para poner fin a la continua violación del Derecho Internacional por parte de Israel. Las condiciones de vida en las cárceles, y el hecho de que los presos no están dentro del territorio ocupado, sino dentro de la Palestina de 1948 (hoy Israel) son claras violaciones del IV Convenio de Ginebra (el artículo 76 prohíbe al poder ocupante trasladar los prisioneros fuera del territorio ocupado), del Derecho Internacional Humanitario y de los DDHH.
Las organizaciones de apoyo a los presos palestinos están pidiendo a la opinión pública local e internacional que apoyen la huelga de hambre y denuncien las políticas crueles y brutales de Israel hacia el pueblo palestino. Actualmente más de 4600 palestinxs (incluidas 6 mujeres) están en las cárceles israelíes, 350 de ellos en detención administrativa (sin cargo ni juicio); 250 son niños menores de 18 años, y su número aumenta desde el año 2000.
El ex preso político Abu Kabbara afirmó que “En la lucha por la liberación de Palestina, el movimiento de los prisioneros ha tenido y tiene un papel fundamental. Generaciones de palestinos han despertado dentro de las cárceles a una nueva conciencia política.”
Efectivamente, la lucha de los prisioneros está alcanzando una vez más dimensión nacional, ganando apoyo y solidaridad a lo largo y ancho del territorio palestino ocupado. Es por eso que las cárceles son hoy el principal blanco de Israel: debilitar el movimiento de los presos significa destruir la resistencia palestina. Pero la huelga de hambre dentro de las cárceles israelíes, y la respuesta de la sociedad civil palestina fuera de ellas, están demostrando que la resistencia está viva y fuerte, y que no le va a ser nada fácil a Israel enfrentar esta lucha del pueblo palestino.