Desde que aprendí a pensar resuenan en mi cabeza las poesías a las cuales ustedes han dado vida. Palabras y canciones que siempre me han acompañado en momentos de alegría, de tristeza y de lucha. Palabras que repercuten en mis experiencias cotidianas.
Soy un ciudadano de Israel, ya hace muchos años lucho para poder vivir en un país democrático donde se respeten los derechos individuales y colectivos de todas las personas. Como quien ha seguido vuestros caminos me siento personalmente ofendido al ver que subyugan tanta poesía al servicio de un régimen represivo.
En la ultima década el Estado de Israel ha emprendido una “guerra sucia” contra el Pueblo Palestino. Esta guerra incluye asesinatos extrajudiciales, matanza de mujeres y niños, la destrucción de la infraestructura económica y social palestina, la quema de campos de cultivo y la construcción del muro de separación en el propio seno de la población palestina.
En esta ultima década más de 9 nueve mil palestinos han perdido su vida por causa de las agresiones del ejército de Israel.
Israel siembra miedo y desesperación construyendo colonias, demoliendo residencias y reprimiendo a quien se atreve a contestar sus políticas. Para darles un ejemplo, la semana pasada más de 170 personas, dos de ellas niños, fueron heridas por las fuerzas represivas de Israel solamente por osar participar en manifestaciones contra la confiscación de tierras y contra el muro de separación.
Repitiendo las palabras de un gran intelectual argentino asesinado por la dictadura militar en ese país, diría que lo que el estado de Israel reconoce como aciertos son errores, los que reconoce como errores son crímenes y lo que omite son calamidades. Pero la represión militar no ha conseguido realizar su objetivo final y los palestinos no han renunciado a sus sueños de soberanía e independencia.
Los israelíes también son víctimas de esta guerra. Son víctimas de la irresponsable y fracasada agresión cotidiana contra el pueblo palestino. Aun en momentos en que el estado emprende los más mortíferos ataques al pueblo palestino, éste no puede cumplir con su deber de proporcionar seguridad a los ciudadanos israelíes. Los bombardeos sobre la Franja de Gaza asediada y los tanques en Hebrón no hacen más que crear seres humanos cuya humanidad desaparece ante la desesperación y la humillación.
Y así, las victimas de este conflicto han sido en vano ya que cualquier “victoria” de la represión israelí no haría más que profundizar el conflicto creando nuevas formas de resistencia porque las causas que mueven la resistencia del pueblo palestino no habrían desaparecido sino agravadas por el recuerdo y las atrocidades cometidas.
¿Por qué han decidido ustedes apoyar el régimen de apartheid de Israel? ¿Por qué han decidido apoyar un régimen que destruye cotidianamente la vida de cientos de miles de personas y niega el derecho a la autodeterminación de un pueblo?
No creáis que vuestro concierto en Tel Aviv sea un acto inocente. Este concierto está siendo explotado para crear una falsa imagen de normalidad. Crear una realidad que no existe omitiendo el sufrimiento de millones de personas condenadas a vivir bajo un asedio constante, por el simple hecho de haber nacido.
Quizás cabria repetir lo escrito por Mario Benedetti y cantado por Joan Manuel Serrat, recordando que Palestina también existe.
Por favor, no maten la esperanza.
Sergio Yahni.