La Autoridad Nacional Palestina (ANP) condenó provocaciones de extremistas israelíes en la mezquita Al-Aqsa, mientras sectores políticos de Cisjordania repudiaron el destrozo de olivares y el anuncio de 500 nuevas viviendas para colonos judíos.
Fuente: Agencia Prensa Latina
Nabil Abu Rudeinah, portavoz del Presidente de la ANP, Mahmoud Abbás, criticó la irrupción por la fuerza de colonos judíos y otros grupos extremistas en la mezquita situada en la Ciudad Vieja de Jerusalén y considerada el tercer lugar sagrado del Islam.
Las declaraciones de Rudeinah siguieron a la ocupación por 65 extremistas de los patios de Al-Aqsa con el visto bueno de las fuerzas de ocupación isrealíes, generando malestar y enfrentamientos con fieles musulmanes palestinos, cuatro de los cuales fueron arrestados.
“Es una peligrosa y provocativa escalada que tendrá serias consecuencias”, advirtió el vocero de Abbás al responsabilizar al gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de los hechos que puedan derivarse y emplazó a la comunidad internacional a actuar.
Los líderes palestinos acusan a Israel de violar la libertad de credo y poner en peligro la frágil estabilidad en la ciudad santa, dado que los musulmanes respondieron a la intervención de los colonos cantando consignas religiosas y resistiéndose a abandonar la mezquita.
La policía israelí impidió la entrada de cientos de palestinos que se concentraron frente a Al-Aqsa para proteger ese recinto sagrado, luego que colonos del asentamiento de Kiryat Arba, cerca de Hebrón, llamaron a ascender al Monte del Templo y “purificarlo” de musulmanes.
Precisamente, carros militares y buldózeres del Ejército sionista arrasaron la pasada madrugada numerosos árboles de olivo en el territorio de la aldea de Surif aledaña a Hebrón, tras lo cual confiscaron las parcelas pertenecientes a dos palestinos.
Estas agresiones se sumaron al anuncio del portavoz de la administración civil, Guy Inbar, sobre que el comité que regula las construcciones en los asentamientos judíos autorizó construir 500 nuevas casas en la colonia cisjordana de Shilo.
Además, las autoridades legalizaron con carácter retroactivo unas 200 casas edificadas sin los debidos permisos en el barrio de Shvut Rachel, ampliando así los asentamientos que la ONU considera ilegales.
De acuerdo con datos oficiales, más de 310 mil israelíes viven en colonias de la ocupada Ribera Occidental o Cisjordania, y otros 200 mil en una docena de vecindarios en Jerusalén Este, usurpada en 1967 y que los palestinos reclaman como capital de su futuro Estado independiente.