Nora Kurtz conserva la grande y antigua llave con la que su padre solía abrir el portón de su casa porque tiene la esperanza de que un día les devuelvan a los palestinos todo lo que les han “robado”.
Fuente: Francisco Cárdenas Cruz, Pulso Político Online/Agencias
Al frente de la asociación civil Existencia, Kurtz defiende a su pueblo de la política de ocupación de Israel, según el relato con el que abre el libro “Palestina. Historias que Dios no hubiera escrito”.
Los reporteros mexicanos Alejandro Almazán y Oscar Camacho reunieron testimonios de judíos y palestinos en un viaje durante 15 días por la región, acompañados por los fotógrafos Daniel Aguilar y Ulises Martínez, cuyas imágenes se incluyen en la publicación.
El fotógrafo azteca, Daniel Aguilar, señaló que jamás se había sentido tan intimidado como en el aeropuerto de Tel Aviv, donde los soldados inspeccionaron su equipo y lo sometieron a un interrogatorio, todo en aras de la seguridad.
Es inevitable, admitió, tomar partido y él está a favor del reconocimiento al Estado palestino.
Higinio Martínez, editor del libro, recuerda en el prólogo que cuando la Organización Mundial de las Naciones partió Palestina en dos mitades para fundar Israel no imaginó que 65 años después dicho Estado se apropiaría de otro 30 % del territorio palestino por la fuerza de las armas.
“Hace 100 años, la población judía en la Palestina histórica no pasaba de 6 mil habitantes, asentados en no más de un 8 % de ese territorio. Hoy, son cerca de 5 millones de judíos quienes ocupan el 82 % del territorio”, dice Martínez en el volumen, que será presentado el 19 de enero en el Centro de la Imagen.
Fotógrafo independiente desde hace un par de años, tras dos décadas de trabajar para distintos periódicos y agencias, Aguilar confesó que percibió una gran tristeza en el pueblo palestino porque muchas de sus familias han quedado fragmentadas.
“Me tocó ver una protesta donde los niños palestinos aventaban piedras y llegó el ejército israelí con tremendas armas para dispersar esa manifestación. ¿Cómo puede ser que esos niños pasaran a ser el enemigo número uno de los soldados?”, se preguntó indignado.
Aguilar, de hecho, captó el momento en el que un niño, quien estuvo cuatro meses preso por tirar una piedra en el muro que ha complicado la vida de los palestinos, se reencontró con su madre.
Ese muro (de 754 kilómetros), creado por los israelíes, ha separado a los niños de sus escuelas, a los enfermos de sus médicos, a los campesinos de sus campos, a los obreros de sus trabajos y a los hijos de sus padres, cuenta Almazán en el libro.
“Pese a toda esta situación, nunca escuché que un palestino se expresara con odio de los judíos”, afirmó el fotógrafo, quien ha sido reconocido en cuatro ocasiones por el Premio Nacional de Periodismo en México y dos veces por el World Press Photo.