La ciudad palestina de Belén espera conseguir esta Navidad un nuevo récord de visitantes, pese a las dificultades que afrontan sus habitantes para promocionar el turismo y el peregrinaje en el lugar donde, de acuerdo con la tradición cristiana, nació Jesús. Al muro de hormigón que la separa de Jerusalén -a tan sólo ocho kilómetros de distancia- se suma la expansión de los asentamientos israelíes que pretende cercar cada vez más Belén y desconectarla de la ciudad santa, cuya parte oriental es demandada por Palestina como capital de su futuro Estado.
Fuente: Heriberto Luna, ara Alianzatex
El lunes 12 de diciembre, el gobierno israelí aprobó la ampliación del asentamiento de Efrat en el distrito de Belén, con nuevas viviendas que se construirán apenas a unos cientos de metros de un suburbio de la ciudad símbolo de la Navidad.
“El año pasado alcanzamos un récord con 1,9 millones de visitantes en Palestina y este año esperamos superar esa cifra y llegar a 2 millones y medio, pese a la inseguridad provocada en la región por la Primavera árabe”, manifestó la ministra de Turismo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Jolud Daibes.
Su objetivo es conseguir no sólo más visitantes sino que éstos se queden durante más tiempo y dejen más dinero en las menguadas arcas palestinas, pese a que el 90 por ciento del gasto de los turistas es apropiado por Israel y sólo un 10 por ciento resta para el pueblo de Palestina.
Daibes responsabilizó de lo anterior a la ocupación, al muro, a los controles y a las restricciones impuestas por Israel.
“Belén debe ser un patrimonio de la humanidad, libre para el acceso de todos los ciudadanos, y no puede vivir encerrada entre muros, colonias y puestos militares”, señaló Fayez Saqa -diputado palestino, betlemita y casado con una española-, quien destacó que muchos palestinos cristianos de Gaza no obtienen el permiso de Israel para pasar las navidades en la ciudad.
INGRESO A LA ONU
La declaración del casco antiguo de Belén como patrimonio de la humanidad, solicitada por la ANP a principios de 2011, fue una de las variables que redundó en el ingreso de Palestina a la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), como miembro de pleno derecho.
La bandera de Palestina ondea en la sede parisiense de la primera agencia de la ONU que ha reconocido como miembro de pleno derecho a ese territorio. El izado se produjo en un acto solemne al que asistió el presidente palestino, Mahmud Abás, y la directora general de la Unesco, Irina Bokova.
“Espero que este acto sea de buen augurio para la inclusión de Palestina en otras organizaciones internacionales”, aseguró Abás, quien se comprometió a respetar los compromisos del organismo.
El presidente palestino manifestó que su territorio, “lugar de encuentro de culturas”, ha sabido preservar sus tradiciones y su patrimonio “pese a la ocupación y el bloqueo” al que ha sido sometido.
Entre tanto, las autoridades palestinas informaron haber conseguido el complicado acuerdo de las tres confesiones cristianas que se reparten la custodia de la Basílica de la Natividad (greco-ortodoxa, católica y armenia) para acometer su restauración, cada vez más imperiosa.
“Palestina celebra la esperanza” es el lema elegido por la ANP para la Navidad de este año. En palabras de la ministra de Turismo, porque “no pueden perderla” y porque es “la única manera” que tienen los palestinos “de sobrevivir”. “Al fin y al cabo estábamos ya aquí cuando Cristo nació y seguimos aquí, pese a todo, orgullosos de no haber abandonado nuestra tierra”, dijo la ministra palestina.
Con información de EFE