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“El agua es vida, no es un juguete que se puede sacar porque sí”, protestó Maher Najjar, subdirector general de la Empresa de Agua de las Municipalidades Costeras de Gaza, respecto de la amenaza de Israel de cortar la electricidad y otros servicios básicos en este territorio palestino.
“Repercutirá en todo, el agua potable y la que se usa para lavar, el saneamiento, los hospitales, las escuelas y los niños y niñas”, indicó Ahmed al-Amrain, jefe de información de la Autoridad de Recursos Nacionales y de Energía de Palestina.
La Compañía Eléctrica de Israel es responsable de 60 por ciento del consumo de la franja de Gaza, que paga la población gazatí a través de impuestos recaudados por autoridades israelíes.
Además, Gaza compra cinco por ciento de su consumo a Egipto y trata de cubrir el restante 35 por ciento con plantas solares, pese a que durante el bombardeo israelí de 2006 fueron destruidos seis de sus transformadores.
El 26 de noviembre el vicecanciller de Israel, Danny Ayalon, amenazó con cortar la energía eléctrica, el agua y las conexiones a la infraestructura de Gaza, que sirve a los 1,6 millones de habitantes de este territorio palestino.
“Este es el verdadero significado de castigo colectivo”, indicó Jaber Wishah, subdirector del Centro Palestino de Derechos Humanos. “Niños, niñas, mujeres, ancianos, pacientes, estudiantes, todos son amenazados”, añadió.
Tras las elecciones parlamentarias de 2006, en las que Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) obtuvo la mayoría, Israel sometió a Gaza a un asedio cada vez más estricto, privando a los palestinos de bienes esenciales y básicos, como animales de cría, medicamentos, maquinaria, repuestos y gasóleo para las centrales de generación eléctrica.
“Desde hace años, Israel corta sin cesar la electricidad y destruye infraestructura, pero esta es la primera vez que amenaza directamente con suspender todo”, remarcó Wishah. “Es absurdo chantajear a la población por cuestiones políticas”, añadió.
Además es ilegal.
Wishah y la organización israelí de derechos humanos Gisha, señalaron que Israel mantiene una ocupación militar y controla la franja de Gaza, pese al retiro en 2005 de colonos judíos y bases del ejército.
La legislación internacional estipula que el estado judío es responsable del bienestar de los gazatíes y debe garantizar la electricidad, el agua y el buen funcionamiento de la infraestructura, señaló Gisha.
Desde 2007, Israel limita el ingreso a Gaza de combustible y gasóleo industrial, lo que genera cortes de electricidad en todo el territorio de entre ocho y 12 horas y perturba los servicios de agua, saneamiento, salud y educación.
“Técnicos palestinos, y la compañía de electricidad israelí, pidieron al gobierno que reparara la línea principal que se dañó. Pero se negó”, indicó Ahmed al-Amrain.
La falta de electricidad “obligará a las familias a comprar gasóleo para hacer funcionar pequeños generadores domésticos, propensos a causar accidentes graves y quemaduras”, apuntó.
Más de 100 palestinos murieron en 2009 y el primer trimestre de 2010, según un informe de la organización humanitaria Oxfam, debido a incendios provocados por generadores domésticos y a la inhalación de monóxido de carbono.
Son aparatos que permiten el funcionamiento de maquinas vitales durante los cortes de energía, pero no sirven para otros servicios como el lavado de ropa.
“No hay suficiente electricidad”, indicó Amrain. “Hay solo para emergencias y por periodos cortos, no de forma continua. No son una solución alternativa”, remarcó.
“Será una catástrofe si Israel corta la electricidad. La mitad de la población no tendrá agua”, indicó Maher Najjar, de la Empresa de Agua de las Municipalidades Costeras de Gaza.
Actualmente 95 por ciento del agua subterránea no es potable, de acuerdo a estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señala que los nitratos, que se cree son cancerígenos, ascienden a 330 miligramos por litro, muy por encima de los 50 miligramos aceptados.
“Desde 2000 tenemos planes para reparar y ampliar proyectos de agua en Gaza, pero hasta ahora solo siete de los 100 fueron terminados”, indicó Najjar.
Solo 10 por ciento de los 1,6 millones de gazatíes tienen agua todos los días, 40 por ciento, cada dos días y una proporción similar cada tres días, en tanto 10 por ciento tiene una vez cada cuatro días, detalló.
“Israel perforó unos 1.000 pozos alrededor de la franja de Gaza para propio uso. Corta el flujo de agua antes de que llegue aquí”, observó. Najjar.
Mekorot, la compañía israelí de agua, suministra solo cinco por ciento del recurso, pero lo que más preocupa a la población es el corte de electricidad y de otros servicios. “El cloro es vital para purificar el agua. Sin él, no podemos extraer ni una sola gota”, explicó.
Ya se vierten al mar 80 millones de litros de aguas servidas al día, parcialmente tratadas o sin ningún tratamiento, debido a la falta de instalaciones adecuadas para hacerlo o de electricidad suficiente.
La OMS registró en 2008 niveles peligrosos de bacterias fecales en un tercio de la costa de Gaza. Dos años después, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina señaló que diarrea aguda hemorrágica y hepatitis viral son las principales causas de la morbilidad en este territorio.
“Necesitamos tener electricidad de forma continua para bombear las aguas servidas a las plantas de tratamiento”, indicó Najjar. “Los generadores son alternativas para los cortes de electricidad, pero sin un suministro continuo, los desperdicios inundarán las calles”, alertó.
Una pileta de aguas residuales de Beit Lahiya se desbordó en agosto de 2007 y murieron ahogados cinco residentes de una aldea vecina.
Hamás sostiene que aceptará un estado palestino dentro de las fronteras de 1967, que Israel todavía debe definir, pero sigue desdibujando al ampliar los asentamientos ilegales en los territorios palestinos que ocupa.
“Creo que la amenaza de los israelíes es seria”, indicó Wishah. “Porque no les importa la opinión ni las leyes ni convenciones internacionales, como las de Ginebra, que firmaron y que prohíben el castigo colectivo. Se sienten por encima de la ley y están por fuera de toda persecución legal”, añadió.