Middle East Monitor
La ganadora del Premio Pulitzer estadounidense, Alice Walker, participó como jurado en el Tribunal Russell sobre Palestina que tuvo lugar en Sudáfrica este año. Prolífica escritora de novelas, poesía y cuentos ha vendido más de 15 millones de libros, tanto de ficción como de no ficción, por todo el mundo. Aunque se la conoce sobre todo por la novela El color púrpura, también es una entregada activista política. La Dra. Hanan Chehata While de Middle East Monitor conversó con Alice Walker en Ciudad del Cabo para preguntarle por qué ha estado tan cercana de la causa palestina. A lo largo de la entrevista se hace evidente la similitud entre la lucha de liberación Palestina y la lucha afro-estadounidense durante la era de los derechos civiles. Expresa su creencia de que los “estadounidenses tienen el deber de ser activos en la defensa del pueblo palestino” y además propone que en las colonias ilegales pagadas por los contribuyentes estadounidenses sin ser conscientes de ello deberían vivir los palestinos a quienes pertenece la tierra y quienes deberían todos ellos “ir a casa”.
Hanan Chahata: ¿Cómo y por qué se vio implicada por primera vez en el activismo palestino?
Alice Walker: Me casé con un judío, abogado, y estuvimos juntos durante la Guerra de los Seis Días [1967] y estábamos contentos porque entonces se asumía que Israel siempre era el desvalido y siempre el amenazado, por tanto nos encantaba que pudiera defenderse a sí mismo, bla, bla, bla. Pero no estábamos de acuerdo en relación a la cuestión de la tierra porque yo decía que tenían que devolverla inmediatamente. Yo decía, “de acuerdo, la guerra ha terminado, ahora devolvedles la tierra”. Él decía “no, ellos [los israelíes] necesitan esa tierra porque si no tienen la tierra los árabes, en general, bombardearán Israel”. Yo simplemente no me lo tragaba. Pensaba que si tomas la tierra de un pueblo le causas un daño, un perjuicio del que nunca se recuperará. Así que aquello despertó mi interés. Era consciente de las masacres de Sabra y Shatila [masacres en Beirut, 1982]; sabía que Golda Meir había afirmado que no existía eso de los palestinos, etc. Yo era una de las redactoras de Ms. Magazine y un editor judío de esta revista afirmaba que las mujeres afro-estadounidense eran antisemitas porque preguntábamos “¿qué hay de Palestina?”, “¿qué hay de las masacres?”, “¿que hay de la tierra?”. Así que escribí una obra, hace años, que todavía está en mi página web, hablando de por qué las personas de color en Estados Unidos deberían sentirse cercanas a la causa palestina y sentirse molestas cuando se decía que hacerlo era ser antisemita; aquello fue hacia 1983. Desde entonces he estado interesada. Me interesan tantas causas. Lo único que deseo es que la gente sea feliz y que tenga lo que necesita y sus hijos estén seguros y así, de algún modo, podrían ser cualquiera y hay otras zonas del mundo con las que me siento igual de implicada.
HC: Ha viajado a Gaza y a Cisjordania en varias ocasiones. ¿Puede hablarnos un poco de esos viajes y por qué decidió ir?
AW: La primera vez que fui a Gaza fue en 2009 con la Operación Código Rosa [con mi buena amiga Medea Benjamin]. Cada invierno voy a México. Mientras estaba ahí en 2009 murió mi hermana y yo estaba muy disgustada. Entonces oí en las noticias que había una madre palestina que durante los bombardeos [israelíes] había perdido a cinco de sus hijas y que estaba inconsciente. Ya sabe cómo pasan a veces las cosas en tu propia vida, que estás vulnerable y devastada, y entonces oyes la historia de la tragedia de otra persona y esto simplemente tiene eco. Simplemente tenía que ir y decir a quien fuera que no estaba de acuerdo con ello. [Decirles que] Pago todo este dinero en impuestos, dinero que se utiliza para comprar estas bombas, pero yo nunca arrojaría una bomba sobre ti o sobre tus hijos. Fuimos poco después, una o dos semanas después. Fuimos en autobús desde el centro de El Cairo a través del Sinaí hasta Gaza. Estaba tan increíblemente devastado. Era tan alarmante. Hablé con los psiquiatras y con algunos de los trabajadores que iban a tratar de curar a los niños. Sobre todo quería que las mujeres palestinas que habían perdido a sus hijos supieran que no todo el mundo en Estados Unidos aprobaba su sufrimiento. Así que esa fue la primera vez.
Después fui a Cisjordania para un evento “Ted X” en Ramala que fue maravilloso y luego también pasé una semana con un Festival Palestino que también fue maravilloso. Era como estar con mi tribu. Después de aquello [julio de 2011] hubo la Segunda Flotilla de la Libertad. Lo que me encantó de aquello fue que cada una de las personas que iba a bordo estaba deseando dar todo lo que tenía. Era tan maravilloso, unas personas tan extraordinarias. Yo iba en el barco estadounidense, el Audacia de la Esperanza. El gobierno israelí obligó al gobierno griego [de donde iban a zarpar los barcos] a no dejarnos salir, pero fuimos de todos modos. Simplemente, nos largamos. Llegamos hasta diez millas a mar abierto y entonces vinieron con sus armas y nos obligaron a volver después de unas dos horas de tira y afloja
HC: Aquello fue increíblemente valiente teniendo en cuenta que ustedes sabían lo que había ocurrido con las personas que iba a bordo del Mavi Marmara durante la primera Flotilla de la Libertad [en mayo de 2010], cuando unos comandos israelíes dispararon y mataron a nueve pacifistas internacionales. No iban a ciegas, todos ustedes sabían lo mucho que estaban arriesgando.
AW: No creo que eso vaya a detener a nadie. Ni siquiera creo que tenga que ver con el valor. La humanidad (una parte de ella) está tan despierta y es tan consciente de que la vida es tan preciosa que una tiene que hacer cuanto pueda para hacer que sea posible para otras personas, especialmente para los niños. Ellos no tienen voz ni voto en toda esta locura.
HC: A lo largo de los años usted ha sido abiertamente muy crítica con la política exterior estadounidenses. En 2003, en vísperas de la invasión de Iraq, fue detenida por traspasar una barrera policial a las afueras de la Casa Blanca durante una manifestación pacifista en contra de la invasión. Desde entonces Estados Unidos ha estado emprendiendo guerras y fomentándolas no sólo en Iraq sino también en Afganistán, Pakistán y muchos otros lugares en todo el mundo. ¿Cuál es su postura acerca de la actual política exterior estadounidense en general?
AW: ¡Es desastrosa! Nos hemos ido empobreciendo y pronto seremos un país pobre. Ya estamos cerca de ser un país muy pobre y esto es verdaderamente chocante para la mayoría de los estadounidenses quienes de algún modo pensaban que no importaba cuánto dinero se gastara en la guerra, siempre se tendría en casa, lo cual es absurdo. Simplemente demuestra lo ciego que se puede llegar a ser si uno ha sido un privilegiado toda la vida y todo el mundo difiere de ti y uno consigue todo lo que quiere, y esto ha sido la vida en Estados Unidos para la clase media, la gente blanca.
HC: Durante las sesiones del Tribunal Russell en Ciudad del Cabo usted dijo algo acerca de que el lobby sionista controla el Congreso estadounidense. ¿Puede explicarlo un poco más?
AW: [El primer ministro israelí Benjamin] Netanyahu vino hace poco a Estados Unidos [en mayo de 2011] y ofreció un discurso en el Congreso. Es el hombre que bombardeó los sistemas de agua y de alcantarillado en Gaza, y que mató a todos esos jóvenes… Simplemente es un desastre y todos [los miembros del Congreso] se levantaron como títeres, sonrieron y aplaudieron, y le dieron ¡unas 30 ovaciones puestos en pie! Si eso no es una prueba del hecho de que todos ellos están controlados por el lobby sionista no sé qué se necesita para demostrarlo.
El lobby sionista es extraordinariamente fuerte, pero sólo es tan fuerte como la ignorancia de la gente y yo tengo mucha fe en lo que está ocurriendo con el despertar del pueblo estadounidense. Una vez que se despierten se pueden mover muy rápido como usted puede ver. La gente está verdaderamente harta de que se le ignore y de que se le trate como si tuvieran que contentarse con nimiedades mientras que los ricos y el gobierno que ellos han comprado los lleva a la ruina.
HC: Como activista de los derechos civiles usted debía estar esperando el día en que una persona negra fuera presidente, pero acaba de explicar lo crítica que es con la política exterior estadounidense. ¿Cómo le parece que ha representado Barack Obama a las personas negras en Estados Unidos?
AW: Creo que fue ingenuo por nuestra parte pensar que podría hacer mucho en este sistema tan perverso [el gobierno estadounidense]. El trato dispensado a la población nativa, negra y pobre no lo hace particularmente recomendable. La base del gobierno estadounidense era el terrorismo; en gran medida eliminaron a los estadounidenses originarios y nos esclavizaron durante cientos de años. Hubo segregación. Yo nací en la segregación. Así que aunque estaba muy contenta de tenerlo porque pensaba que para los niños simplemente el hecho de ver a una persona negra positiva e inteligente era una forma de medicina, por lo mismo pienso que verlo eviscerado por sus enemigos no es bueno para nuestros niños.
HC: ¿Observa usted paralelismos entre el movimiento de los derechos civiles estadounidenses y lo que están pasando hoy los palestinos?
AW: Sí, verdaderamente es muy similar. Es la conciencia en tanto que población subyugada de que las personas que están en el poder realmente no te consideran un ser humano. No te respetan. Hubo un período en nuestra historia en el que verdaderamente se decía que una persona negra era sólo tres cuartas partes de una persona – el caso Dred Scott* [a mediado del siglo XVIII]. Cuando estuve en Cisjordania sentí especialmente la tensión de los palestinos que no podían entrar en Jerusalén, por ejemplo, y tenían que salir de la furgoneta. Hasta simplemente conducir por ahí era tenso. Nuestro chofer trató de llevarnos por algunas carreteras palestinas, pero por desgracia estaban bloqueadas, así que tuvimos que entrar en una gran autopista israelí y entonces estaba muy inquieto porque para él era ilegal conducir por una carretera “sólo para israelíes”. Además existe un sistema de matrículas diferentes y así es todo. Sólo la arrogancia es increíble.
Mi compañero y yo entramos por el puente de Allenby Bridge y nos costó nueve horas, y calculo que nos vimos sometidos a una tercera parte de la arrogancia y odio que experimenta ahí el pueblo árabe por parte de los soldados israelíes. Era como volver atrás en el tiempo, ver a nuestra gente, a nuestras personas mayores y a nuestros padres tratados como a perros en cuanto trataban de hacer algo. No voy a tolerarlo. No puedo tolerarlo. No lo haré. Es lo mismo exactamente que nuestra lucha. Espero que los palestinos aprendan más acerca del movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos porque sería muy útil entender cómo nuestro pueblo consiguió su libertad. En realidad la violencia no funciona. Es algo tan malo, que aunque pueda parecerte bien, simplemente sale mal, así que hay que tener una estrategia diferente.
HC: ¿Qué pueden aprender los palestinos de la lucha sudafricana y del movimiento de los derechos civiles estadounidenses en términos de cómo tener éxito en su propia lucha? ¿Es, por ejemplo, la campaña de boicot, desinversión y sanciones (BDS) la forma correcta de seguir adelante?
AW: Apoyo completamente la campaña de BDS. Francamente creo que es la mejor manera, sin lugar a dudas, porque al gobierno y al pueblo israelí verdaderamente les encanta el comercio y hacer dinero, así que todo lo que interfiera con ello cuando menos atraerá su atención.
HC: Una de mis citas favoritas de sus palabras es “El activismo es mi alquiler por vivir en este planeta”. Si la gente sólo tiene tiempo para dedicarlo a una causa, ¿por qué debería elegir el activismo por la causa palestina como su centro de actividad habiendo hoy en el mundo tantas otras causas importantes?
AW: Eso depende de dónde sea uno. Creo que los estadounidenses tienen el deber de ser activos en defensa del pueblo palestino porque, sin saberlo, multitudes de estadounidenses han hecho un profundo daño a través de la compra de armas y dando tanto apoyo a Israel que la desigualdad es inmensa. La mayoría de los estadounidenses no tiene idea de que si pagan sus impuestos, el dinero irá a Israel y los israelíes tendrán piscinas mientras los niños en Palestina no tienen agua potable para beber. La mayoría de los estadounidenses no lo saben. Si lo supieran darían con la manera de tener voz y voto en el asunto.
HC: Parece que el público estadounidense se está dando cuenta poco a poco que Estados Unidos envía más de 3.000 millones de dólares al año a Israel mientras que en casa hay niños estadounidenses que no se pueden pagar ropa, zapatos y comida.
AW: Es verdad. Los estadounidenses están empezando a saberlo ahora. Antes no nos habían escuchado; se lo dijimos, pero no nos escucharon. Ahora tienen que hacerlo porque no tienen trabajo, han perdido sus casas y ven que el gobierno no es digno de confianza, por decir lo mínimo.
HC: Usted ha afirmado públicamente que Israel es el mayor terrorista en esta parte del mundo. ¿Qué le hizo afirmarlo?
AW: Tiene más armas nucleares y usan la idea de éstas como una amenaza para los pueblos vecinos. Y Estados Unidos lo apoya militarmente, de modo que incluso cuando no tiran activamente bombas (y, de hecho, tiran gran cantidad de ellas), simplemente el hecho de que tengan todas esas armas y de que tengan a Estados Unidos de respaldo significa que están aterrorizando a la gente. Ahora un terrorista es alguien que te aterroriza, así que si alguien manda drones a matar personas y a asustar a los vecinos, es un terrorista. ¡La guerra es terrorismo! Tratan de suavizarlo y afirman que no son terroristas y que todos los demás los son, pero es sumamente ridículo.
HC: ¿Hay algo que quiera decir a palestinos e israelíes?
AW: Estoy muy animada por el trabajo conjunto que he visto entre palestinos e israelíes. En ambos lados hay personas increíblemente valientes. Nosotros también las tuvimos en el Sur [de Estados Unidos]. Tuvimos a varias personas blancas que vinieron a ayudarnos y es verdaderamente maravilloso ver la libertad de espíritu y la libertad del corazón de personas que en contra de toda la propaganda y de todo el horror, siguen estando juntas y hacen lo que hay que hacer. En mi opinión, la única solución será que todos ellos tengan que vivir allí juntos y como a través de mis impuestos estoy pagando todas esas colonias, creo que todos los palestinos que están fuera ahora tienen un buen lugar en el que vivir y todos ellos deberían volver, trasladarse a esas colonias y vivir ahí felices y nadar en esas piscinas. No se trata de que “les permitan” hacerlo sino de que es su derecho. Nosotros pagamos estas colonias y dado que pagamos puedo decir, como contribuyente estadounidense, quién puede vivir en ellas y así digo a la hermana que vive con diez hijos como refugiada en alguna parte del mundo: “¡Ve a casa!”.
*El Caso Dred Scott fue una demanda judicial, crucial en la historia de los Estados Unidos, resuelta por el Tribunal Supremo de este país en 1857, por la cual se resolvió privar a todo habitante de ascendencia africana, fueran esclavos o no, del derecho a la ciudadanía y se le quitó al Congreso la autoridad de prohibir la esclavitud en territorios federales del país. (N. de la T.)