Thalif Deen, IPS Noticias
En la volátil región de Medio Oriente, el petróleo siempre ha estado en el centro de las disputas políticas. Pero en los territorios palestinos ocupados por Israel, éste ha sido reemplazado por el agua.
Thalif Deen, IPS Noticias
Shaddad Attili, director de la Autoridad de Agua Palestina, dijo a IPS que el recurso vital estaba siendo usado como un arma de guerra por los israelíes. “El agua es un tema humanitario. Debería ser sacado de la política”, dijo, señalando que todos en la región, israelíes, jordanos, libaneses y palestinos, debían tener derecho a ese recurso para sus necesidades básicas. El funcionario dijo con malestar que Israel seguía destruyendo infraestructura esencial como cisternas y pozos, afectando a las comunidades palestinas.
La ocupación impacta en gran medida “nuestra capacidad” de atender las necesidades domésticas, agrícolas e industriales de los palestinos, tanto ahora como en el futuro, señaló. “Para decirlo en forma sencilla, el pueblo palestino está sediento de justicia, y llama a todos los estados a exigir a Israel, la potencia ocupante, a que ponga fin a esta situación injusta y deplorable”, afirmó Attili.
Al hablar este viernes en la última reunión de la Semana Mundial del Agua en Estocolmo, Attili indicó: “Israel explota más de 90 por ciento de nuestros recursos compartidos para su propio uso, mientras ejerce una tremenda influencia sobre nuestro restante 10 por ciento”.
“No solo se nos niega nuestra parte equitativa y razonable de agua bajo el derecho internacional consuetudinario, sino que también a los palestinos se nos impide desarrollar infraestructura esencial”, dijo.
El año pasado, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una resolución reconociendo el acceso al agua y al saneamiento como un derecho humano universal. Pero esto todavía está lejos de aplicarse para los palestinos.
La resolución fue adoptada por una abrumadora mayoría de países, a pesar de la abstención de Israel, junto a la de Australia, Austria, Canadá, Corea del Sur, Dinamarca, Estados Unidos, Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Irlanda, Japón, Luxemburgo y Suecia.
En un informe crítico divulgado el mes pasado, el Comité Especial de la ONU para Investigar las Prácticas Israelíes en los Territorios Ocupados, expresó consternación por el “continuo desprecio (israelí) de sus obligaciones bajo el derecho internacional”.
“Lamentablemente, lo que descubrimos fue que las opresivas restricciones impuestas sobre Gaza por Israel habían tenido el efecto de un castigo colectivo contra la población”, dijo el Comité, de tres miembros, luego de una visita a los territorios ocupados.
Dado que cerca de 35 por ciento de la tierra en Gaza no se puede usar con fines agrícolas, ya que Israel creó una zona de exclusión con su frontera, y las zonas de pesca están limitadas a solo tres millas náuticas de la costa, la población gazatí tiene dificultades para obtener alimentos, y mucho más para revivir la economía, concluyó el órgano.
“Debe ser responsabilidad de las potencias ocupantes ayudar a la reconstrucción de Gaza”, añadió.
Además de los hogares, las escuelas y los negocios destruidos, hay una urgente necesidad de crear y reparar plantas de tratamiento de agua, carreteras, sistemas de alcantarillado y redes de energía.
En un documento presentado ante la Asamblea General el año pasado, el observador permanente de Palestina para la ONU, Riyad H. Mansour, señaló que, durante 42 años, los territorios ocupados habían sufrido “todo tipo de crueldad, destrucción y abuso a manos de Israel, la potencia ocupante, que arremetió contra la vida, el sustento y los recursos de los palestinos”.
Estos abusos también han socavado el derecho de los palestinos a acceder al agua.
Desde que Israel inició la ocupación en 1967, violando el derecho internacional, tomó control de todos los recursos hídricos, incluyendo el agua en superficie, los acuíferos y el acceso a la cuenca del río Jordán, señala el documento.
Attili dijo a IPS que era tiempo de que la comunidad internacional interviniera para resolver el problema.
Al hablar en la capital sueca, alertó: “No se equivoquen: no habrá un estado palestino viable sin que pueda acceder, controlar y administrar suficientes recursos hídricos para cubrir sus necesidades internas, presentes y futuras, agrícolas e industriales”.
“Sabemos lo que requiere la paz: lo que ha estado faltando hasta ahora es la voluntad política. Es esto lo que debe cambiar, y espero que esta conferencia ayude a hacer posibles las transformaciones”, añadió.
Attili dijo que, en cierto sentido, los desafíos de los palestinos en relación con el agua son los mismos o similares a los que afrontan muchas otras naciones.
La disponibilidad de agua es un tema clave en Palestina. “Además de aguda escasez, también afrontamos enormes problemas en términos de calidad. Con el tiempo, estos se han agravado drásticamente”, señaló.
El funcionario subrayó que 2011 era de particular importancia para Palestina, que espera ser admitido como estado miembro de la ONU el mes próximo.