Durante la manifestación semanal en la aldea Cisjordana de Nabi Salah contra la progresiva anexión de sus tierras por los asentamientos de la zona, el ejército racista israelí reprimió la manifestación de una manera particularmente repugnante y mal olienta.
Por varios minutos, los soldados racistas israelíes rociaron con agua podrida (agua de cloaca) las casas en el centro del pueblo, aunque la maldad no terminó allí sino que también tiraron agua en los techos de las casas palestinas donde se sabe, a falta de agua potable, las familias palestinas juntan el agua que queda de las lluvias. Los soldados del Gobierno del Apartheid Israelí también rociaron el cementerio del pueblo con la misma agua podrida.
Con la intención de dispersar la manifestación, que ya había terminado en ese momento, el ejército racista israelí lanzo varias bombas de gas lacrimógeno y terminó rociando a los residentes y sus fuentes de agua en una clara intención de humillarlos y contaminar sus escasas y precarias fuentes de agua.
Desde enero de 2010 se llevan a cabo manifestaciones semanales en la localidad de Nabi Salah, un pequeño poblado ubicado en el distrito de Ramallah, dichas protestas suceden en contra de los colonos que intentan sin descanso anexionarse mas y mas tierra de los nativos palestinos. Desde el comienzo, estas manifestaciones se han encontrado con violentas respuestas por parte del ejército israelí, incluyendo el uso masivo de gases lacrimógenos, balas de goma y en algunas ocasiones municiones reales contra los ciudadanos palestinos.